N º 155 Junio de 2009
ISBN 0124-0854
N º 155 Junio de 2009
No había ningún obstáculo para ese sincretismo ideológico en el seno de una familia que, por distintos caminos, buscaba la luz del mismo bien.
No demoró, sin embargo, en surgir el veneno de la contrarrevolución, utilizando los grandes medios de divulgación imperialistas. Una de sus consignas fue que, como manifestación anticubana, los cristianos expusieran sus imágenes religiosas en las salas y en los portales de sus casas,
Nosotros, revolucionarios, coincidíamos involuntariamente con el enemigo de la Revolución, teníamos nuestros santos en los lugares señalados. Se nos presentaba un problema; no queríamos disgustar a nuestra madre y nos preguntábamos: ¿ qué hacer?
Ya el cemento había suplido la débil madera de mi casa. No había un hermano desocupado, los nietos de mi madre se incorporaban al estudio, disponíamos de médicos y medicinas para la familia. No quedaba en pie una injusticia social.
No sabíamos cómo plantear el asunto a nuestra viejecita, alma cándida como las palomas, y con esta preocupación nos acercamos a ella; que como si adivinara nuestra intención, se adelantó a decirnos, señalando a sus divinidades:
― Hemos estado casi toda la vida rogando a nuestros santos, molestándolos todos los días. Es hora de que reposen. Volverán cuando sea necesario.
* Jesús Orta Ruiz“ El Indio Naborí”( La Habana, 1922-2005). Periodista, investigador folclorista, Premio Nacional de Literatura de Cuba, publicó una vasta obra compuesta por 21 títulos, 11 poemarios y 10 libros de investigación literaria, histórica y de folclor, como Bandurria y violín, Estampas y elegías, Boda triunfal, Entre y perdone usted..., Décima y folclore, Jardín de las espinelas y De Hatuey a Fidel.