ISBN 0124-0854
N º 161 Diciembre 2009
Mi regalo de Jánuka
Esther Fleisacher
Había algo así como una disonancia entre las tradiciones de mi casa y las de la casa de la abuela y, aún más, con las de mis vecinos de cuadra. Y me pregunto por qué uso la palabra disonancia y no, por ejemplo, discrepancia, por qué esta asociación al sonido: supongo que por el chisporrotear de las velas.
En la casa de la abuela había una Janukía 1, todo el año cumplía el papel de un adorno exótico, ocupaba un lugar central en el armario, con puertas de vidrio, que había en el corredor, entre la sala y las habitaciones. Pero en diciembre, era la protagonista: salía del armario para ocupar la consola en el comedor, era como si se expandiera con sus nueve brazos: ocho de igual tamaño y uno en el centro, más alto. El primer día se prendía la vela del brazo alto y con esta se encendía una vela; el segundo día, de nuevo se prendía la
Manuela Betancourt, Gabriel, tinta sumi sobre papel.