Agenda Cultural UdeA - Año 2009 DICIEMBRE | Page 14

ISBN 0124-0854
N º 161 Diciembre 2009
de niebla. Hubo un gran entierro, uno de nuestros príncipes, el primo del rey, alguien que hizo mucho por Italia, también por la marina, ya que era el almirante de la flota. Estoy contento en todo sentido de haber terminado mi estancia en Niza, desde entonces me han enviado tres cajas de libros. La única compañía benéfica y amable que tuve allá, los distinguidos Köchlin 9, personas tanto pudientes como elegantes y acostumbradas a los mejores círculos, también dejarán de estar en Niza por primera vez este invierno. Las cosas van mal con el viejo Köchlin, madame Cécile me lo escribió detalladamente: fiebre constante. Están cerca de Génova, en Nervi. De Ginebra, por el contrario, tengo noticias buenas y alegres de madame Fynn y su amiga rusa 10.
Pero lo mejor de todo es lo que oigo decir de mi amigo Köselitz 11, cuya existencia entera ha cambiado de manera sorprendente. No sólo que los artistas más importantes de Berlín, Joachim, de Ahna 12, se interesen profundamente por sus composiciones, esa clase de artistas que es la más exigente y difícil de contentar de Alemania, sino que, y esto es lo que más te asombraría, solamente frecuenta los círculos más ricos y distinguidos de Berlín y está pretendiendo, con bastante éxito, a una joven bella y tremendamente rica, aunque tiene de rival a un joven conde Schlieben. ¡ Así son los señores músicos! Ya pasó todo el verano en el palacio de su princesa, en Pomerania Central, en medio de bosques enormes y entre nobles hacendados y oficiales de la guardia; pero ella no desea sino tocar el violín y cantar la música de Köselitz. Tal vez su ópera alcance a ser presentada por primera vez en Berlín; el conde Hochberg es cercano a los círculos que él frecuenta.
En el fondo, tu vieja creatura es ahora un animal enormemente célebre: no precisamente en Alemania, pues los alemanes son demasiado tontos y ordinarios para la altura de mi espíritu y siempre se han puesto en ridículo a mi lado; pero, por lo demás, en todas partes. No cuento sino con naturalezas selectas entre mis admiradores; sólo personas eminentes y de gran influencia, en San Petersburgo, en