Agenda Cultural UdeA - Año 2008 JUNIO | Page 26

ISBN 0124-0854
N º 144 Junio 2008 espléndido museo. Un ejemplar disecado por la gracia de su belleza. Un museo que ha petrificado sus revueltas. Un museo que de vez en vez despierta para contemplar su sueño de objeto desecado. Sus hijos nuevamente se levantan. Y le dan pesadillas. de autoproclamarse como la hacedora de todas las revoluciones. La última revolución fue el impotable“ posestructuralismo”( mezcla de platonismo“ significante” y labia para sofocar las preguntas urgentes del mundo) y sus perniciosos virus académicos.
Una de sus pesadillas recientes tiene fecha. El 27 de octubre de 2005, dos inmigrantes mueren electrocutados huyendo de la policía francesa al escalar un muro de una central eléctrica. Las bandieues se alzaron. Los jóvenes destrozaron carros oficiales y privados, destruyeron edificios públicos, se enfrentaron a piquetes de policías.
Aquella revolución, fiesta y carnaval de mayo, fue tan poco sangrienta que sus historiadores prematuros discuten si hubo uno, o ningún muerto. Una revolución aséptica como una sala quirúrgica. Sólo la Revolución Francesa( 1789), tan sangrienta que París olía siempre a sangre seca y fresca, supera en tinta y papel a la de mayo.
En tres semanas, los hijos de los inmigrantes destrozaron más de diez mil automóviles, bibliotecas, escuelas, etc. en Francia. La protesta se extendió por trescientas ciudades del país. Los ataques se coordinaron sin un dirigente visible. Por Internet y teléfonos móviles se comunicaban los espontáneos protestantes. Los excluidos por la etnia, la cultura y la pobreza reclamaron lo suyo: igualdad económica, social y cultural.
Ninguna revuelta, sin embargo, ha tenido la imagen mediática tan fotogénica como Mayo de 1968. Hasta los periódicos de derechas conmemoran hoy sus estropicios. Una revuelta tan memorable como una postal de Notre-Dame, hinchada por esa manía francesa
El conflicto entre los estudiantes de la Universidad de Nanterre y las autoridades( universitarias, policiales, gubernamentales) por la detención de estudiantes acusados de actos criminales por protestar contra la guerra de Vietnam, da lumbre a la revuelta. La protesta se multiplica en sus reclamos: emancipación sexual, reformas universitarias, descarga de adrenalina. Luego el virus de la revuelta se extiende por Francia como una chispa en paja seca. Los estudiantes de La Sorbona se solidarizan con los de Nanterre. El gobierno hace lo suyo: policías, detenciones, golpes con bastones, perros sin bozal, cierre de las universidades.