ISBN 0124-0854
N º 144 Junio 2008 como el movimiento nadaísta, iniciado en Medellín en 1958 por el poeta Gonzalo Arango, y a las revueltas estudiantiles. Estos síntomas anunciaban un cambio de valores decisivo en el país, jalonado, como en el resto de Occidente, por las juventudes. salir, a divertirse solas con mayor frecuencia, a tener relaciones sexuales prematrimoniales, a decidir la pareja que deseaban, a elegir cuándo ser madres... todo gracias a la nueva posición que habían logrado y a los derechos alcanzados.
En Medellín y los demás centros urbanos, los jóvenes recibieron lo que sus semejantes occidentales les estaban presentando. En cuanto a la nueva actitud frente a las relaciones entre sexos, los jóvenes de Medellín se hicieron más francos a la hora de entablarlas, a pesar de la pureza, el pudor y el recato que exigía la moralidad vigente. Esto fue alentado por una disminución en los riesgos de contraer enfermedades de transmisión sexual o enfrentar un embarazo no deseado, gracias a los avances en la difusión de métodos e información sobre anticoncepción promovida por entidades como Profamilia y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, instituciones nacidas en estos candentes años.
Las jóvenes medellinenses fueron las protagonistas en la ciudad de la“ revolución sexual” que se presentó en el decenio de 1960. Ellas comenzaron a mostrar más libertad de decisión sobre sus cuerpos, a
Coreografía del grupo bogotano The Twisters durante una presentación en la Feria Internacional de las Flores realizada en Medellín en 1962( Carlos
Rodríguez, Foto reporter, Medellín, Secretaría de Educación y Cultura, Universidad de
Antioquia, 1999, p. 118).
Paralelamente, en estos años se presentó en
la ciudad un aumento en el consumo de psicoactivos, especialmente de marihuana; sin embargo, éste no estuvo tan ligado a experiencias místicas y creativas, como en otros lugares de Occidente, pues además de los nadaístas y de algunos hippies locales, no existieron en la ciudad grupos que promovieran abiertamente el consumo con estos fines. El uso, entre los jóvenes de todas las clases sociales, estuvo encaminado más hacia la lúdica y el ocio.
Con respecto a la música, nuevos ritmos fueron aceptados rápidamente por la juventud de Medellín. Pronto surgieron