ISBN 0124-0854
N º 150 Diciembre 2008 repente, cuando menos lo esperan, en plena oscuridad y cuando todos duermen, menos él, el oscuro silencio se vuelve un diluvio de relámpagos. Con el ruido y la luz todo se aturde y todo se ilumina. Hay un griterío en el campamento, un ruido de aspas revoloteando en el cielo, y luces de bengala iluminando la noche. " Hermano, ahí vienen ", le dice la voz de Chucho, " tírese a esa zanja y no se mueva de ahí ". Que vengan rápido, que todo pase. Como con fuegos artificiales la penumbra se vuelve a iluminar. Zumban, silban, suenan los disparos. Podrían ser totes, voladores, papeletas, buscaniguas, y saltan chispas de colores como pilas de pólvora en Navidad. Se elevan hongos rojos como globos. Y él, tirado en el suelo, con el sabor del barro en la boca y el olor de la sangre en la nariz. Sin saber si es sangre suya o sangre ajena, apoya la cabeza sobre el musgo y los dientes le empiezan a castañear. No puede mover las manos amarradas con alambre, y la carne viva de las muñecas lo tortura de tanto tirar. Por la boca le sale un vaho de neblina. " No me puedo morir ", no me puedo morir, se dice, y empieza a repetir el mismo nombre de siempre, sin cesar, en un murmullo sordo, como una letanía. No lo distrae el griterío confuso, de miedo y de dolor, la rabia de parte y parte, los insultos, las órdenes, el fuego enfurecido de las armas. Siente en el corazón el aletea de los pájaros despavoridos. Sigue diciendo su nombre, sin parar, hasta que se le aparece la cara del niño: Manuel. Aprieta los ojos para verlo mejor. Cuando los vuelve a abrir mira hacia arriba y le parece ver una estrella entre las ramas.
Héctor Abad Faciolince. Cuentista, novelista y ensayista. Ha publicado, entre otros los libros: Malos pensamientos, Asuntos de un hidalgo disoluto, Basura, Angosta, El olvido que seremos. El fragmento aquí reproducido fue extractado del libro de cuentos El amanecer de un marido, recientemente publicado por Seix Barral( Bogotá, 2008, pp. 183-185).