Agenda Cultural UdeA - Año 2008 AGOSTO | Page 4

ISBN 0124-0854
N º 148 Octubre 2008

A propósito de Beijing 2008: deporte, olimpismo y folclor Mario Cano Vásquez

Es de uso extendido referirse, de quien asume una actitud irresponsable, como que“ lo tomó deportivamente” y, por tanto, se entiende que el resultado de su actuación es reprobable. Entendido de esta manera, el deporte deja de ser un acto voluntario de profundas implicaciones que reclaman actitudes cargadas de sentido y compromiso, esfuerzo y constancia. Como si la práctica deportiva no fuera una manifestación del sujeto o de los grupos implicados, en la que concurren no sólo la integralidad del ser humano tanto en sus dimensiones física( fuerza, resistencia, velocidad, flexibilidad, lateralidad, coordinación, equilibrio), psíquica( emoción, cognición, sensación) y social( cohesión, transformación, comunicación), como los componentes políticos, económicos, axiológicos, sociales, filosóficos, literarios, teleológicos y otros más de una comunidad que, por gusto selectivo o por mero reflejo, se ve envuelta en sus mágicas redes, sobredimensionadas por la difusión que del mismo deporte hacen los medios de comunicación.
Se entronizan héroes mediáticos, producto de resultados en competencias de alcance local o mundial y en cualquier modalidad, en el imaginario de los seguidores y fanáticos que asisten con pasión como si de una religión se tratara. A los espectadores, fieles como una grey, les urge tener referentes, por ello los deportistas destacados se constituyen en modelos y arrastran connotaciones comerciales apareciendo en imágenes en las cuales los colores, a modo de blasones, y los escudos impresos en toda suerte de artículos de consumo masivo, movilizan la economía. Pero, además, van introduciendo innovaciones en sus respectivas modalidades de juego mediante gestos técnicos o ejecución de movimientos o jugadas que son conocidas con el nombre del ídolo, su nacionalidad, posición asumida o cualquier otra fuente de inspiración; baste nombrar la rabona o la chilena,“ la mano de Dios” a la trasgresión de Maradona al anotar un gol;“ la cabañuela” a aquel célebre sostenido en el aire del futbolista paraguayo Cabañas; cuando no es que se rebautizan con apodos a los propios deportistas; tal el caso del golfista antioqueño Camilo Villegas, conocido como“ el hombre