Agenda Cultural UdeA - Año 2008 AGOSTO | Page 12

ISBN 0124-0854
N º 148 Octubre 2008 delito, desde el narcotráfico hasta el secuestro, para sólo mencionar dos de ellas. Si bien se hablaba, dentro y fuera del país, de las andanzas de Pablo Escobar o de los hermanos Rodríguez Orejuela, o de Carlos Castaño y su guerra despiadada contra todo lo que le oliera a guerrilla, también aparecían en las grandes ligas del fútbol mundial los nombres de Francisco Maturana dirigiendo a encumbrados equipos europeos, o de Adolfo“ El Tren” Valencia, Fredy Rincón, Leonel Álvarez, René Higuita, alternando con las estrellas del balompié planetario. Pero más que pensar en mejorar nuestra imagen como un fin en sí mismo, se trataba de pensar en el aporte que en la búsqueda de nuestra nación podía brindar un deporte como el fútbol.
Mas del sueño que ganaba piso de realidad, pasamos de un día para otro a la pesadilla que volvió a sumirnos en el desencanto e incluso en el pesimismo: el asesinato de Andrés Escobar a manos de un escolta que nunca había ido a un estadio de fútbol, días después de haber cometido un autogol en el Mundial de Estados Unidos en 1994. ¿ Qué espíritu de país, de colombianidad, de nacionalidad, o como se le quiera llamar, puede existir en un compatriota que es capaz de arrebatarle la vida a un coterráneo suyo, sólo por el hecho de discutir con sus patronos, intocables para él?
Si bien el golpe es bajo, y nos hace dudar y renegar de todo, no debemos olvidar, con todo
y lo forzada que puede parecer la relación, el vínculo que podemos establecer entre la necesidad de construir en Colombia un auténtico Estado- Nación, como parte del tratamiento político de nuestro conflicto armado, y dentro de aquél la presencia vital del deporte, en especial del fútbol.
Afirmo que más determinante que las tendencias globalizantes, las cuales han puesto hoy en cuestión la pertinencia de dicho Estado-Nación, es la realidad contundente y urgente de nuestra guerra, la que algunos analistas denominan“ sin nombre”, dada la complejidad de la misma, y una de cuyas causas fundamentales sigue siendo ― a pesar de la popularidad y eficacia del presidente Álvaro Uribe Vélez ―, la incapacidad de los partidos y gobernantes que a través de nuestra historia se han especializado en hacerles goles y golazos a los colombianos más humildes.
En estas circunstancias, el horizonte de nuestro país lo traza la investigadora María Teresa Uribe:“ El reto está en construir un orden nacional soberano como condición necesaria y previa al desarrollo de la democracia y a la inserción del país en un mundo globalizado”. 3 ¡ Pitazo final, entramos a tiempo extra!
Notas 1 ORTIZ, Renato. Otros territorios, Secab,
Bogotá, 1998, p. 121. Citado por Omar