Agenda Cultural UdeA - Año 2007 MAYO | Page 4

ISBN 0124-0854
N º 132 Mayo de 2007 revolucionariamente el arte — digamos entre 1905 y mediados de la década de los 60 — se abandonó el proyecto , dejando en la cuneta vanguardias que se iban a convertir en auxiliares de la mercadotecnia o que , si se me permite citar lo que escribí en mi libro Historia del siglo XX , “ olían a muerte inminente ”. En ese libro llegué a plantearme si eso había significado tan sólo la muerte de las vanguardias o también la de las artes visuales todas , tal como las reconocemos convenciona1meme y del modo en que se han venido practicando desde el Renacimiento . Pero no voy a ocuparme aquí de esa cuestión más amplia ,
Para evitar malentendidos , permítaseme dejar clara una cosa desde el principio . Este no es un ensayo sobre opiniones estéticas acerca de las vanguardias ( o lo que esta palabra signifique ) del siglo XX ni trata de adjudicar méritos o capacidades . Tampoco voy a hablar
de mis propios gustos artísticos o preferencias personales . Sólo se ocupa del fracaso histórico que han experimentado en nuestro siglo esa clase de artes visuales que Moholy-Nagy , de la Bauhaus , describió una vez como “ confinadas al marco y al pedestal ”.
Estamos hablando de un doble fracaso . Fue , primero , un fra ¬ caso de la “ modernidad ”, un término que empezó a usarse hacia mediados del siglo XIX y que sostenía en su programa que el arte contemporáneo debía ser , como Proudhon había dicho del de Courbet , “ una expresión de los tiempos ”. O , por decirlo con las palabras empleadas por el movimiento vienés Sezession : “ Der Zeit ihre Kunst , der Kunst ihre Freiheit ” (“ cada época necesita su arte , el Arte necesita su libertad ”). Y es que la libertad de los artistas para hacer lo que quisieran , y no necesariamente lo que querían los demás , era tan crucial para la vanguardia como su modernidad . La exigencia de modernidad afectó a todas las artes por igual : el arte de cada época tenía que ser diferente de