ISBN 0124-0854
N º 130 Marzo de 2007
El idioma y el pueblo
Por Hernando Téllez
La evolución popular de los
idiomas — y parece que no hay otro género de evolución al respecto — es un fenómeno que se presta a sabrosas y excelentes consideraciones de variada índole . Ante todo está el hecho de la fácil y rápida aclimatación social — llamémosla así — de los nuevos giros , de las nuevas expresiones , de las nuevas metáforas , de los nuevos tropos , de los nuevos materiales con que se va enriqueciendo , dicen unos , con que se va desfigurando , dicen otros , el respectivo idioma , gracias al concurso de circunstancias exteriores , impuestas por la vida misma de las sociedades humanas y su desarrollo o su decadencia .
La misión de las academias del lenguaje ha sido denigrada muchas veces , con notoria ligereza e injusticia , tomando como base un error inicial de apreciación . No es cierto que
las academias de tal índole , según reza la mayoría de sus estatutos , tengan por finalidad exclusiva montar la guardia en el palacio de los idiomas , controlar con su policía el uso y el abuso de las palabras , expedir para ellas un seguro de vida y extender para otras , para muchas otras , una solemne partida de defunción . No . La verdadera misión de las academias podría ser más simple y más útil : dar carta de naturaleza a las adquisiciones que la evolución del lenguaje hace para sí . Es ésa una misión a la cual no puede esquivarse ninguna academia , ni ningún académico , cualquiera que sea su autoridad o su prestigio , porque el verdadero dueño del idioma , su maestro de mil cabezas , el que impone sus cambios , determina la vigencia de ciertas peculiaridades , organiza su desarrollo , altera su fisonomía , modifica el sentido de los términos , sustituye eficazmente el uso antiguo por el uso nuevo , toma elementos foráneos y los asimila al genio típico de la lengua , sustituye , reemplaza , destruye y crea nuevas