ISBN 0124-0854
N º 133 junio de 2007 alegría que le daba su obra y la gratitud de la que era capaz.
Este es el año en el que el hombre, llamado Mario, no quiso escapar de la muerte, esa muerte suya, que le acechaba desde 1999:
1 Escobar Velásquez, Mario. Muy caribe está. Fondo Editorial EAFIT, Medellín, 1999. p. 11. 2 Ídem. pp. 11-12.
* Leticia Bernal Villegas. Académica e investigadora, fue fundadora y directora del Fondo Editorial Eafit.
“ Ahora ya no pretendo escapar, y sé que no habrá zarpazo sino que, tal vez, iré cayendo en sus brazos descarnados, en ELLA, construida solamente de dientes y de huesos. Hace días que está conmigo, acá en la alcoba donde escribo. No dejo de verla, en cuclillas, abiertos los fémures, impúdica, sin velos, agrisados sus huesos de ir por el tiempo, vieja también mi muerte. Envejeció esperándome. Ya no la urgen los zarpazos. Moriremos juntos. […] Me mira atenta desde muy más hondo que su cuenca sin ojos, paciente. Parece preguntarse qué escribo tanto, y para qué. Sobre todo, esto. Porque, para ella, para sus saberes, todo acaba desapareciendo. Pero, por cortesía suya suma, de gran dama descarnada adquirida en centurias, aguarda sin impacientarse, dejándose ver, a que yo acabe lo mío. Sabe que de ella no hay escapatoria.” 2
Y Mario Escobar acabó lo suyo. Ahora empieza el oficio de la memoria, en el que no existe el año de la muerte de un autor que, como muy pocos en la literatura nacional, supo que lo humano sólo se revelaba en la obra creadora del lenguaje.