Agenda Cultural UdeA - Año 2007 JULIO | Page 20

ISBN 0124-0854
N º 134 julio de 2007 habitualmente por la sociología y la antropología funcionalistas , sino que sea tan sólo un agrupamiento polimorfo e inquieto , que solamente puede ser observado en el instante preciso en que se coagula , puesto que está destinado a disolverse de inmediato . El espacio público es el espacio que posibilita todas las interacciones concebibles , e incluso las inconcebibles . Sirve de rampa para todas las socialidades habidas o por haber . En cambio , en su seno , lo que uno encuentra no es propiamente una sociedad , o cuanto menos una sociedad cristalizada , con sus órganos , sus funciones , sus instituciones , etc . En él se ensayan y , las más de las veces , se abortan , todas las combinaciones societarias , de las más armoniosas a las más conflictivas y hasta las que se han vuelto o están a punto de volverse violentas .
Ahora bien , el espacio público no es propiamente ese espacio social en el que Bourdieu podía desmentir la condición singular — que puede antojarse maravillosa — de los encuentros azarosos y de las situaciones abstractas a que esos encuentros dan pie 2 . Como en otro lugar se ha tratado de poner de relieve , el espacio público no está estructurado ni desestructurado , sino estructurándose 3 . No es el escenario de una sociedad hecha y derecha , sino una superficie en que se desliza y desborda una sociedad permanentemente inconclusa , una sociedad interminable . En él sólo se puede ser testigo
de un trabajo , una tarea de lo social sobre sí mismo .
En cuanto a las condiciones democráticas que deberían presidirlo se lo permiten , el espacio público se comporta no como un espacio social , determinado por estructuras y enclasamientos , sino como un espacio en muchos sentidos biótico , subsocial o protosocial , un espacio previo a lo social , al tiempo que su requisito , premisa escénica de cualquier sociedad . El espacio público es aquel en el que el sujeto que se objetiva , que se hace cuerpo 4 , que reclama y obtiene el derecho de presencia , se nihiliza , se convierte en una nada ambulante e inestable . Esa masa corpórea lleva consigo todas sus propiedades , tanto las que proclama como las que oculta , tanto las reales como las simuladas , las de su infamia y las que le ensalzan , y con respecto a todas esas propiedades lo que pide es que no se tengan en cuenta , que se olviden tanto unas como otras , puesto que el espacio en que ha irrumpido es anterior y ajeno a todo esquema fijado , a todo lugar , a todo orden establecido .
* Manuel Delgado Ruiz . Manuel Delgado es profesor de antropología de la Universidad de Barcelona y autor de numerosos artículos ; ha publicado , entre otras , las obras : De la muerte de un dios , La ira sagrada , Ciudad líquida , ciudad interrumpida , Disoluciones urbanas . Procesos identitarios y espacio público , Las palabras de otro hombre , El animal público , Identidades dispersas , Luces iconoclastas y Elogi del vianant . Este fragmento hace parte de su libro Disoluciones urbanas . Procesos identitarios y espacio público , publicado por el convenio Universidad Nacional de Colombia — Sede