ISBN 0124-0854
N º 134 julio de 2007
El derecho a la calle
Manuel Delgado Ruiz
No se ha pensado lo suficiente lo que implica este pleno derecho a la calle que se
vindica para todos, derecho a la libre accesibilidad al espacio público como máxima expresión del derecho universal a la ciudadanía. La accesibilidad de los lugares, de ahí su condición de públicos se muestra entonces no sólo como la capacidad de un lugar para interactuar con otros lugares— que es lo que se diría al respecto desde la arquitectura y el diseño urbano—, sino también como el núcleo que permite evaluar el nivel de democracia de una sociedad urbana, que es casi lo mismo que su nivel de urbanidad. Esta calle de la que estamos hablando es algo más que una vía por la que transitan, de un lado a otro, vehículos e individuos, un mero instrumento para los desplazamientos en el seno de la ciudad. Es, sobre todo, el lugar de epifanía de una sociedad que quisiera ser de verdad democrática, un escenario vacío a disposición de una inteligencia social mínima, de una ética social elemental basada en el consenso y en un contrato de ayuda mutua entre
desconocidos. Ámbito al mismo tiempo de la evitación y del encuentro, sociedad igualitaria donde, debilitado el control social, inviable una fiscalización política completa, gobierna una“ mano invisible”, es decir, nadie.
Nunca acabaremos de alabar la importancia de la aportación de Durkheim y Mauss en relación con el poder de los sistemas clasificatorios, una aportación que llamó la atención a propósito del lugar que ocupan la construcción lógica e inconsciente de la realidad y a las leyes subyacentes que determinan la apropiación intelectual de un universo socialmente determinado. El asunto específico de aquel trabajo fue, como se sabe, el del fenómeno del totemismo, a través de cuyo estudio se puso de manifiesto cómo las categorías lógicas mediante las cuales el ser humano ordenaba el universo entero, a través de la taxonomía totémica, eran categorías sociales y establecían un nexo que asociaba, por medio de correlaciones conceptuales, a la sociedad con el cosmos. Para ello se describía el sistema totémico australiano en concreto como una organización categorial que distribuía, entre los humanos y entre las unidades sociales en que se agrupaban,