Agenda Cultural UdeA - Año 2007 FEBRERO | Page 29

ISBN 0124-0854
N º 129 Febrero de 2007
Al conmemorar la fundación de El Espectador, uno de los proyectos periodísticos más importantes que ha tenido el país y un bello testimonio de la vocación por el oficio del periodismo dejado por el maestro don Fidel Cano, vayan estas líneas en homenaje a José Joaquín Jiménez, aquel niño larguirucho al que sus colegas periodistas y sus entusiastas lectores conocieron mejor como Ximénez, quien logró imprimirle a la prensa colombiana esa mezcla de talento y picardía que sus contemporáneos conocieron como la Ximenidad.
*** José Joaquín Jiménez, Ximénez( 1916-1946) era todavía un niño cuando se inició en el periodismo, a sus dieciséis años, y murió siendo todavía un niño – a causa de una neumonía –, no solamente porque no había cumplido los treinta, sino, sobre todo, porque él decidió quedarse instalado en su carácter infantil,
dándole rienda suelta al chiquillo que siempre estaba agazapado detrás del cronista y reportero, para evitar que éste se tomara la vida muy en serio. Por eso, siempre insistía en definirse como un ― pobre reportero ‖, un ― vil escritorzuelo ‖, como quien dice, alguien que no tenía por qué asumir la vida con trascendencia. A él mismo, según lo revelan entre líneas sus notas, lo aterraba la idea de dejarse arrastrar por la fama que tan tempranamente le había llegado como periodista, pues a sus veinte años ya se había convertido en uno de los cronistas más destacados en el panorama colombiano.
Ximénez había crecido rodeado de los clásicos que poblaban su casa, pues su padre don Rafael Jiménez Triana era un consumado lector y tenía una amplia biblioteca, que fue tal vez la herencia más importante que le dejó a su hijo, todavía