ISBN 0124-0854
N º 129 Febrero de 2007
El primer elemento es una cierta disposición a aceptar el sacrificio de nosotros mismos . Es esta una profesión muy exigente . Todas lo son , pero la nuestra de manera particular . El motivo es que nosotros convivimos con ella 24 horas al día . No podemos cerrar nuestra oficina a las cuatro de la tarde y ocuparnos de otras actividades . Este es un trabajo que ocupa toda nuestra vida , no hay otro modo de ejercitarlo . O , al menos , de hacerlo de un modo perfecto .
Hay que decir , naturalmente , que puede desempeñarse de forma plena en dos niveles muy distintos : a nivel artesanal como sucede en el caso del 90 % de los periodistas , no se diferencia en nada del trabajo común de un zapatero o de un jardinero . Es el nivel más bajo . Pero luego hay un nivel más elevado , que es el más creativo : es aquel en el que , en el trabajo , ponemos un poco de nuestra individualidad y de nuestras ambiciones . Y esto requiere verdaderamente toda nuestra alma , nuestra dedicación y nuestro tiempo .
El segundo elemento de nuestra profesión es la constante profundización en nuestros conocimientos . Hay profesiones para las que , normalmente , se va a la universidad , se obtiene un diploma y ahí se acaba el estudio . Durante el resto de la vida se debe simplemente administrar lo que se ha aprendido . En el periodismo , en cambio , la actualización y el estudio constantes son la conditio sine qua non . Nuestro trabajo consiste en investigar y describir el mundo contemporáneo , que está en un cambio continuo , profundo , dinámico y revolucionario . Día tras día , tenemos que estar pendientes de todo esto y en condiciones de