Agenda Cultural UdeA - Año 2007 DICIEMBRE | Page 14

ISBN 0124-0854
N º 139 Diciembre de 2007 hombre o de la condición humana, de Syaka Muni a Tolstoi, a Gandhi y a Juan XXIII en el orden religioso; en el orden laico, Sócrates, en un sentido Montaigne y seguramente Voltaire. Estos dos tipos de espíritu se oponen menos de lo que en realidad pareciera. En Memorias de Adriano intenté confrontar antaño estas dos familias humanas: por un lado, el asceta hindú ebrio de lo absoluto y aquel santo estoico que fue Epicteto; y del otro, el emperador escéptico y pragmático pero preocupado por un ideal de humanismo y por mostrar cómo, en cierta medida, lo opuesto se funde secretamente en acuerdo.
• ¿ Cuáles son sus heroínas preferidas en la historia o en la vida real?
Algunas heroínas y algunas santas: Elizabeth de Hungría, Juana de Arco, el inmenso ejército de hermanas de caridad, o aquellas como Florence de Nightingale, desconocidas o ilustres; o en nuestros tiempos, la bióloga americana, Rachel Carson, que denuncia valientemente los efectos de algunos productos de la industria química; Velma Johnson, que logró suprimir la masacre de caballos salvajes en Estados Unidos. Igualmente, Margaret Sanger, quien fuera la primera— ante la presencia de una enorme barrera de prejuicios— en buscar soluciones prácticas a la sobrepoblación del globo, peligro éste tan reciente, que apenas unos cuantos comenzamos a darnos cuenta, a pesar de que sus efectos son ya visibles y
amenazan con dejarnos, por herencia, una humanidad miserable y relegada a la barbarie. Me permito mencionar, a propósito de estas mujeres, una frase que presté antaño al mismo Adriano:
“[...] La más alta forma de virtud..., la firme decisión de ser útil.” La más alta, porque tiene ella como causa o efecto todas las otras.
• ¿ Sus heroínas en la ficción?
Antígona. Algunas heroínas de Shakespeare, tal vez algunas de Balzac. Sin olvidar a Felicidad de Un corazón simple.
• ¿ Su pintor favorito?
Me gustan todos los buenos pintores. Tal vez tenga una preferencia por la pintura china o por ciertos fragmentos del Museo de Nápoles, que nos dan una idea de lo que pudo ser la gran pintura griega; algunas obras italianas o flamencas, alemanas u holandesas que abarcan el final del siglo XV y los inicios del XVII. Ciertas flores, ciertos follajes, algunos animales de Durero me parecen de lo más virtuoso y perfecto que haya dado la pintura europea. Existen también esas obras únicas de pintores menos conocidos como la naturaleza muerta de Gaugin en el Louvre, o las pinturas del extraordinario animalista George Stubbs, en el Museo de Liverpool. Y entre nuestros contemporáneos que escapan a la incertidumbre de la moda, alguna pintura de