Agenda Cultural UdeA - Año 2007 AGOSTO | Page 19

ISBN 0124-0854
N º 135 agosto de 2007 agricultores. Leonardo nace el 13 de febrero de 1946, también en el suroeste de Antioquia, en Titiribí, en la segunda posguerra, hijo de albañil. Abad desarrolló más el perfil de un intelectual, de un pensador-evocador, de un investigador-creador. Leonardo fue esencialmente un militante, un estratega, un organizador, un activista. Abad hablaba y escribía, Leonardo hablaba, pero nunca escribió nada. Mientras Leonardo fue siempre en una misma dirección, Abad entraba y salía, iba de derecha a izquierda buscando el punto medio, su mesoísmo. Abad se abrió y se conectó desde temprano al ámbito internacional con su posgrado y sus posteriores consultorías en Asia y América. Leonardo permaneció en su tierra, abierto y sintonizado desde ella al internacionalismo y a las inquietudes y a los aportes externos. Abad fundó en agosto de 1945 su periódico U-235 con ideas liberales que conmovieron a la Facultad y a la región. Leonardo retomó otro cuarto de siglo después, al calor de la ola libertaria originada en Francia, el mismo periódico, pero con nuevo apellido: U-235 Época de Liberación. Abad alcanzó a merecer con creces y a cultivar con empeño la imagen de un Maestro, Leonardo fue para siempre Compañero. Abad poeta, Leonardo bohemio. Imposible separarlos, pero mal haríamos en pretender homologarlos, porque fueron uno para muchas cosas y distintos para tantas otras.
Dos salubristas esenciales En Héctor Abad y Leonardo Betancur, la Salud Pública no fue sólo una profesión o un empleo. Ni menos aún un negocio. Fue una manera de vivir. Expresaba la sintonía entre su ser individual y su entorno. Entre sus paquetes biológicos y su mundo social. Entre su vocación y su deseo. No la aprendieron de afuera hacia adentro. La vivieron en un movimiento permanente de dentro hacia afuera y de afuera hacia adentro. La enseñaban con palabras y con hechos, en salones y en la calle, administrando y dirigiendo, investigando y actuando. Era una de sus vidas, porque vivieron intensamente muchas otras vidas. Era una de sus pasiones, porque fueron apasionados de todo lo que querían y hacían. Era su clima y su medio. Su forma casi natural de aproximarse a la realidad. Por todo esto y por mucho más no dudo en calificarlos como salubristas esenciales.
¿ Qué era para ellos la Salud Pública? Corriendo todos los riesgos de la simplificación, me arriesgo a enunciar las que considero fueron sus cuatro dimensiones fundamentales de la Salud Pública:
• La salud pública: un campo de lucha por la vida En resumen, ambos fueron luchadores por la vida, y la salud pública fue una de sus armas favoritas. El horizonte máximo de la salud es