ISBN 0124-0854
N º 131 Abril 2007 de
¿ Formación o información?
Por Antonio Vélez
Nunca permití que mi educación escolar perjudicara mi formación.
Mark Twain
Es común encontrar personas cultas que confunden información con formación intelectual. Hay aquí un gran malentendido, que los mismos sistemas de educación, tanto en Colombia como en muchos otros países, se han encargado de instituir y perpetuar.
Los programas de estudio de primaria y secundaria y la forma de enseñanza utilizada en esos niveles corresponden a la creencia popular e ingenua de que cuando se habla de formación intelectual, se está haciendo referencia a la simple ilustración, a la erudición. Fieles a esta idea, se somete a los indefensos alumnos a la tortura del aprendizaje y memorización de fórmulas sin digerir, de recetas incomprendidas para la solución de toda clase de problemas, de listas interminables de datos, fechas, accidentes
geográficos … A lo anterior se suma un alud
interminable de militares, gobernantes y reyes, la inmensa mayoría de poca monta, y esto sobrepuesto a prolijas e interminables taxonomías, a simples nombres de animales y plantas, órganos y organelas, y muchas otras cosas menudas y sin trascendencia. Los estudiantes, en una especie de venganza inconsciente y, además, como una saludable protección intelectual, olvidan con rapidez lo aprendido con tanto esfuerzo, y conservan para su vida adulta sólo un sedimento informe de conocimientos, casi siempre confusos y de poca utilidad. El castigo por esta falsa concepción es el subdesarrollo cultural crónico de muchos.
El término información parece el más adecuado para designar este amontonamiento desordenado de datos. El filósofo español Fernando Savater lo explica muy bien:“ Hay gran diferencia entre información y conocimiento. El conocimiento es reflexión sobre la información, es capacidad de discernir y de jerarquizar, de ordenar, de maximizar, etcétera, la información que se recibe”.