ISBN 0124-0854
N º 126 Octubre de 2006
Es en este marco donde los proyectos“ extensionistas” de la cultura surgen, y se ligan de manera expresa a la integración de los intelectuales con las políticas culturales del Estado, de tal manera que“ sus proyectos culturales de masas fueron en gran medida la elaboración de grupos intelectuales que ocupaban las posiciones mas elevadas en los instrumentos estatales de formación y extensión cultural— el Ministerio de Educación y algunas dependencias particulares— al tiempo que dominaban en el escenario cultural, sobre todo en la prensa, en la radio y en el precario mundo del libro …”( p. 22).
reconocimiento de los derechos y de los deberes ciudadanos, fruto de la carta universal de los derechos humanos, se constituyeron en las claves para el desarrollo de las políticas culturales de entonces.
En 1933, Alfonso López Pumarejo se constituye en el principal impulsor de una política cultural de masas que se reconoce desde la necesidad de revertir las relaciones entre las clases dirigentes y las masas del país, lo que marca una nueva visión frente a lo popular y las colectividades como punto de partida de un proyecto civilizatorio y de inserción de Colombia en la modernidad, en la que el aseo y las sanas costumbres, la lectura y la escritura, las relaciones con el conocimiento y la técnica y el
Esta visión permitió pasar del tono oscuro de un pueblo opacado por el aislamiento de los círculos cerrados en los que hasta entonces la cultura se había puesto en escena( tertulias literarias, círculos de intelectuales, entre otros), al tono colorido de una diversidad que empezaba a asomarse por los resquicios de las