Agenda Cultural UdeA - Año 2006 MARZO | Página 9

ISBN 0124-0854
N º 119 Marzo de 2006 en las descargas cerebrales, y han hallado que la música construye vínculos entre los dos hemisferios cerebrales. No se sabe, empero, cómo funciona esto, ni por qué los investigadores se han detenido más en la música de Mozart que en la de otros compositores clásicos como Bach, Beethoven o Chopin. Gérard Mortier, director de la ópera de París, piensa que Mozart no es el único que calma y que cada patología tiene una música apropiada. Para algunas podrían ser las Variaciones Goldberg de Bach, mientras para otras Tristán e Isolda.
John Hughes aplicó la música de Mozart a una paciente en coma epiléptico y constató que la frecuencia de los ataques se redujo. Luego estudió a treinta y seis pacientes, de los cuales veintinueve respondieron de la misma manera. Tras ensayar con otros músicos comprobó que el más eficaz era Mozart. Encontró que la clave era la manera como Mozart repite sus melodías, dándoles vueltas y cambiándoles el orden pero manteniendo un patrón. Al cerebro le gustan los patrones. Con algunas de las obras de Bach, Mendelssohn y Haydn se obtuvieron buenos resultados, pero la de Mozart fue la mejor pues sus secuencias tienden a repetirse con regularidad, cada veinte o treinta segundos, que equivale más o menos al tiempo de las ondas cerebrales y de otras funciones del sistema nervioso central. Concluyó que la frecuencia de los patrones en la música de Mozart contrarresta los patrones
de disparo irregulares de la epilepsia. La idea de que me siento mejor y por tanto me va mejor, típica de las pruebas de inteligencia, no funciona acá porque los pacientes están en coma. Con eso se muestra que el efecto es directo sobre el cerebro.
También se ha descrito el buen efecto que esta música tiene sobre los autistas pero, como todavía no han recibido el respaldo de las investigaciones convencionales, muchos países no lo aceptan para sus tratamientos. Se sabe de una niña que amplió su capacidad de contacto con los demás y está consiguiendo hacer amistades después de haber escuchado durante catorce días la música de Mozart. En el mundo de la terapia musical, en Inglaterra, estos métodos no se consideran muy benéficos pues allí se usa la música de forma activa para que las personas con problemas se comuniquen entre sí o superen su angustia. En este país la musicoterapia está institucionalizada y a los profesionales les parece absurdo que a Mozart se lo reduzca a un mero efecto. Creen, además, que las razones mercantiles son las que explican el fenómeno.
En este aniversario todo vale, incluso tocar a Mozart frente a las uvas para que den mejores vinos. En efecto, Carlo Cagnozzi, un fabricante de Toscana lo ha venido haciendo durante cinco años y asegura que éstas se