ISBN 0124-0854
N º 123 Julio de 2006
Valga recordar como las obras de tema bíblico representan una buena parte de la obra artística de Rembrandt, lo cual era algo inusual si se tiene en cuenta que en la Holanda protestante del siglo XVII el arte religioso no era tenido en mucha estima y no existían encargos por parte de la iglesia. Sin embargo, supo imprimir tal fuerza a las escenas tomadas tanto del antiguo como del nuevo testamento, que ellas constituyen el mejor testimonio de su estilo y un legado para la humanidad. sigue la de su queridísimo hijo Titus en 1668. El 4 de octubre de 1669 muere Rembrandt Van Rijn. Su legado es el testimonio de una época que aún comunica al espectador contemporáneo el sentido que puede albergar la obra de arte, más allá del autor y su tiempo; y del mismo modo, es la vida que ella abre a quienes van a su encuentro, de quienes se dejen sorprender por el trazo de un pincel, una mancha de color, una cascada de luz... el claroscuro que él supo pintar con sin igual maestría.
Rembrandt supo como ninguno apreciar la belleza cotidiana, esa que se escondió a los ojos necios de muchos de sus colegas ansiosos de fama y dinero. Para él no había otra alternativa que mirar de verdad; amar la vida y aceptarla en toda su simplicidad. Comprender bien suponía saber ver correctamente la verdad que tenemos ante los ojos.“ Me has pintado como me ves y como te gusto. Para ti la vida siempre está en lo cierto, y en todo momento amas la vida por encima de una belleza que miente. Para ti la verdad es la belleza. Es lo que ves, lo que pintas, incluso cunado la liga hunde su marca en un muslo demasiado blando”. 3
Bibliografía consultada:
CASTRI MARCHETTI, Francesca y otros, El barroco 1600-1770: el arte europeo, de Caravaggio a Tiepolo, Barcelona, Editorial Electa, 2005
DOMÍNGUEZ HERNÁNDEZ, Javier, Cultura del juicio y experiencia del arte, Medellín, Editorial Universidad de Antioquia, 2003
MATTON, Silvie, La puta de Rembrand, Barcelona, Editorial Planeta, 2003.
A la muerte de su amada Hendrickje Stoffels hacia el año 1663 víctima de la peste, le
Notas 1 MATTON, Sylvie, La puta de Rembrandt,
Traducción de Rosa Alapont, Emecé Editores, Barcelona, 2003, pág. 37.