Agenda Cultural UdeA - Año 2006 FEBRERO | Page 15

ISBN 0124-0854
N º 118 Febrero de 2006

Las bibliotecas y el ocio

Por Luis Germán Sierra *
De las bibliotecas se han dicho y escrito casi tantas cosas como de los libros. Se ha hablado de sus comienzos, de su historia, de su evolución, de sus bondades, de sus enemigos, de su papel en las distintas sociedades, de su muerte o casi muerte. Ríos de palabras sobre ríos de palabras. A veces ellas inspiran un buen poema y hasta un buen cuento. O provocan la barbaridad del incendio de sus tesoros. Al fin y al cabo la historia de las grandes ciudades del mundo está ligada, en muchas ocasiones, a la historia de una o de varias de sus bibliotecas, aun en periodos antiquísimos, cuando el libro estaba lejos de asumir la forma que hoy conocemos. Y la vida de muchos hombres y mujeres, célebres por su genio en las artes, en la literatura o en las ciencias, tiene que ver con las ricas bibliotecas que los acompañaron desde su infancia, o que
ellos mismos fueron constituyendo a lo largo de sus años. El libro, y por lo tanto las bibliotecas, han tenido que ver con el avance de la civilización humana. La lectura en solitario, mental y silenciosa, y la concepción de grandes espacios pensados para la lectura( y la escritura) aislada e individual, cambiaron de manera definitiva muchas cosas en la vida de los seres humanos. La individualidad y el pensamiento, sin los cuales jamás llegaría la modernidad, se acomodaron.
En Colombia se cumple muy poco de lo dicho anteriormente. Las malas condiciones económicas y culturales están en proporción directa a la poca importancia que han tenido el libro y las bibliotecas entre nosotros. Ello, naturalmente, lleva a pensar en los bajos niveles en la calidad de la educación