ISBN 0124-0854
N º 114 Septiembre 2005 la década de 1960 y, desde entonces, Cali la adoptó para bailarla a su modo particular de tirar paso, allá se goza diariamente en salsotecas, concursos, encuentros de coleccionistas, escuelas y en la Feria de Cali, que se celebra entre el 25 y el 31 de diciembre. En la zona andina bailan el bambuco, el torbellino y la guabina. En estos bailes las parejas no se tocan, ni siquiera se toman de las manos; los pies rozan el suelo haciendo movimientos laterales. El coqueteo se mantiene con una lentitud elegante, casi ceremonial. El torbellino es más alegre y ágil: hace honor a su nombre. Se trata de bailes que han disfrutado los campesinos andinos más o menos desde hace más de doscientos años con instrumentos como tiple, requinto, carraca, raspa, chucho, guitarra, zambumbia o marrana, guaches y pandereta. Aproximadamente desde 1750, en Tolima y Huila celebran las fiestas a San Juan y San Pedro durante la última semana de junio. A partir del siglo XX en esas fiestas bailan el bambuco sanjuanera con la música de clarinetes, trompetas, saxofones, trombones, bombardinos, tuba, platilIos, redoblante, y bombo. En las veredas campesinas de Antioquia danzan las vueltas antioqueñas, adaptación del vals europeo que llegó con la colonia. Con la música de bandola, tiple, charrasca y cucharas, el hombre muestra su destreza para seducir a la mujer y da saltos a su alrededor, la envuelve con su poncho, y
juega con su sombrero, mientras ella hace el doble juego de aceptarlo y rechazarlo, El jorapo es el baile más representativo de los habitantes de los llanos colombo-venezolanos. Al son del arpa, el cuatro y los capachos o maracas, y con cantos que relatan las faenas de los lIaneros, las parejas bailan tomadas de las manos o abrazadas. La danza del guarumo es una de las danzas que los indígenas del Vaupés comparten cuando intercambian productos de cosecha o en los encuentros. Los troncos del árbol llamado guarumo son huecos por dentro, con ellos elaboran el instrumento para marcar el paso. Mujeres y hombres intercalados y en línea dan dos pasos hacia delante y dos hacia atrás siempre en zig zag. Los niños también participan con su guarumo pequeño y aprenden a intercambiar saberes con las comunidades vecinas. y esto es sólo una muestra de la gran riqueza colombiana, del patrimonio inmaterial que entre pasos, tejidos, fiestas y ritos aprendemos, descubrimos y recreamos. Tomado de la página del Ministerio de Cultura