ISBN 0124-0854
N º 108 Marzo 2005 nace siempre según su eterna costumbre sobre la cima de las cordilleras, pero nunca lo vemos porque nos levantamos cuando estalla con los últimos arreboles de aLaa eléctrica de la nueva noche. Estamos aterrados de nuestra maldad y solicitamos al Estado que abra para nosotros los manicomios, los presidios y los reformatorios, porque somos geniales, locos y peligrosos, y no encontramos otros sitios más decentes para vivir en la sociedad contemporánea. Todavía ustedes los moralistas, los racionalistas y los estetas se estarán preguntando: " Y más allá del horizonte de la locura ¿ cuál es realmente el fin del Nadaísmo?" Y nosotros diremos: " El Nadaísmo no tiene fin, pues si tuviera fin ya se habría terminado. Nosotros nos contentamos con progresar devotamente hacia la locura y el suicidio. Hacemos el mal, porque el bien no sienta a nuestro heroísmo ".