Agenda Cultural UdeA - Año 2005 FEBRERO | Page 24

ISBN 0124-0854
N º 107 Febrero 2005 sus libros, Quiroga ha sido reducido a un estereotipo: el escritor de la muerte y la selva. Tal como su admirado Kipling fue condenado a ser tan sólo un escritor colonialista y de relatos para niños. Sin embargo, sería igualmente fácil decir que Quiroga enfrentó tantas veces la muerte, que terminó por no temerle. Al menos sólo lo intimidó en un sentido. En una carta escrita un año antes de morir, alcanzó a aclararlo: " Yo fui o me sentía creador en mi juventud y madurez, al punto de temer exclusivamente a la muerte, si prematura [ oo.) El único que no sale del paso es el creador, cuando la muerte lo siega verde. Cuando consideré que había cumplido mi obra-es decir, que había dado ya de mí todo lo más fuerte-, comencé a ver la muerte de otro modo [ oo.) Y hoy no temo a la muerte, amigo, porque ella significa descanso [ oo.) el asunto capital es la certeza, la seguridad incontrastable de que hay un talismán para el mucho vivir o el mucho sufrir o la constante desesperanza. Y él es el infinitamente dulce descanso del sueño al que llaman muerte. Yo siempre sentí [ aun desde muy pequeño), que la mayor tortura que se puede infligir a un ser humano es el vivir eternamente, sin tregua ni descanso( Ahasverus)"( 1).
La muerte en Quiroga tiene más que ver con la épica contienda que libran los animales y los desbrozado res de la selva, que con la desolación de todo duelo, los accidentes de cacería y el suicidio como evasión de una enfermedad lacerante
NOTA
( 1) Personaje legendario que fue condenado a la inmortalidad ya errar por el mundo hasta el día del Juicio
Final, por haber maltratado a
Jesucristo en el camino hacia el Calvario. Un escritor alemán, posiblemente Chrysostomus Duduloeus, recreó esta leyenda, en el año de 1602. En esta nueva versión el personaje es judío y se llama Ahasverus, o Asuero. En la traducción francesa de 1609, se convirtió en el " judío errante ".
Juan leonel Giraldo es periodista y analista.