ISBN 0124-0854
N º 117 Diciembre 2005 que mástiles y cadenas . Ulises no pensó en eso , si bien quizá alguna vez , algo había llegado a sus oídos . Se confió por completo en aquel puñado de cera y en el manojo de cadenas . Contento con sus pequeñas estratagemas , navegó en pos de las sirenas con alegría inocente . Sin embargo , las sirenas poseen un arma mucho más terrible que el canto : su silencio . No sucedió en realidad , pero es probable que alguien se hubiera salvado alguna vez de sus cantos , aunque nunca de su silencio . Ningún sentimiento terreno puede equipararse a la vanidad de haberlas vencido mediante las propias fuerzas . En efecto , las terribles seductoras no cantaron cuando pasó Ulises ; tal vez porque creyeron que a aquel enemigo sólo podía herirlo el silencio , tal vez porque el espectáculo de felicidad en el rostro de Ulises , quien sólo pensaba en ceras y cadenas , les hizo olvidar toda canción . Ulises [ para expresarlo de alguna manera ) no oyó el silencio . Estaba convencido de que ellas cantaban y que sólo él estaba a salvo . Fugazmente , vio primero las curvas de sus cuellos , la respiración profunda , los ojos llenos de lágrimas , los labios entreabiertos . Creía que todo era parte de la melodía que fluía sorda en torno de él . El espectáculo comenzó a desvanecerse pronto ; las sirenas se esfumaron de su horizonte personal , y precisamente cuando se hallaba más próximo , ya no supo más acerca de ellas . y ellas , más hermosas que nunca , se estiraban , se contoneaban . Desplegaban sus húmedas cabelleras al viento , abrían sus garras acariciando la roca . Ya no pretendían seducir . tan sólo querían atrapar por un momento más el fulgor de los grandes ojos de Ulises . Si las sirenas hubieran tenido conciencia , habrían desaparecido aquel día . Pero ellas permanecieron y Ulises escapó . La tradición añade un comentario a la historia . Se dice que Ulises era tan astuto , tan ladino , que incluso los dioses del destino eran incapaces de penetrar en su fuero interno . Por más que esto sea inconcebible para la mente humana , tal vez Ulises supo del silencio de las sirenas y tan sólo representó tamaña farsa para ellas y para los dioses , en cierta manera a modo de escudo .
Este cuento pertenece al libro La muralla china , Alianza Emecé , Madrid , 1980 . En 2005 fue publicado nuevamente bajo el título El silencio de las sirenas : escritos y fragmentos póstumos , de la editorial Nuevas Ediciones de Bolsillo , Barcelona . Este texto fue tomado de : ttp :// www . ciudadseva . com / textos / cuentos / e ur o / kafka / silencio . htm