ISBN 0124-0854
N º 86 Febrero 2003
Juan Sebastián
Bach
En el libro La pequeña crónica de Ana Magdalena el lector podrá encontrar, en un lenguaje poético, la descripción de cómo Ana Magdalena conoció a su esposo, el Maestro J. S. Bach: " En el invierno de 1720 acompañé a mi padre a Hamburgo... Al día siguiente de mi llegada, mi tía me llevó de compras por la ciudad y, a la vuelta, al pasar frente al templo, se me ocurrió la idea de conocerlo. Empujé la puerta y tales sonidos maravillosos escuché difundirse por el aire, que me parecieron arrancados por algún arcángel. Deslíceme en silencio hasta el interior y me quedé inmóvil. Miraba hacia el órgano situado sobre la galería del oeste; subían hacia la bóveda los enormes. tubos, pero no podía ver al organista. No sé cuánto tiempo permanecí de ese modo en la iglesia vacía, toda oídos, cual
si hubiera echado raíces en las baldosas. En la embriaguez de aquella música perdí por completo la sensación de las horas. T ras haber estremecido el espacio con una serie de radiantes acordes, la melodía cesó súbitamente. Yo permanecía aún de pie, estupefacta, como si los truenos que brotaban de las galerías mágicas debieran seguir vibrando todavía. Entonces el organista, Sebastián en persona, apareció en la tribuna y se acercó a la baranda; yo tenía aún los ojos alzados cuando él me vio. Le miré un instante, demasiado asustada por su repentina aparición para hacer un movimiento. Tras un concierto semejante, más que a un hombre, esperaba contemplar a S. Jorge mismo. Me eché a temblar, cogí mi capa, caída al suelo y presa del incontenible pánico, me precipité fuera de