Agenda Cultural UdeA - Año 2003 SEPTIEMBRE | Seite 24

ISBN 0124-0854
N º 86 Febrero 2003 muchos estudiantes del Departamento de Música y su trabajo corporal es dinámico y alegre. Estoy convencido que ese éxito se debe al hecho de que, por una parte, muchos son científicos racionales a quienes no les cuesta trabajar el ritmo mediante combinatorias matemáticas, casi todos practican algún deporte y les gusta trabajar con el cuerpo, y son personas que aceptan con orgullo y alegría nuestro mestizaje sin centrar el arte exclusivamente en lo centro europeo. Los antecedentes de este trabajo son universales y están en aquellos creadores premonitorios que se atrevieron a destacar la pregunta, la síncopa, la disonancia, el cuestionamiento y para quienes los ruidos son el origen de lo que hoy, tras múltiples transformaciones, es también música. Por ello es que nos basamos en las obras de artistas que no niegan el cuerpo, ni lo interdisciplinario, ni la ciencia, ni la irreverencia, ni la risa, como lo han sido: Igor Stravinsky, John Cage, Marcel Duchamp, Meridith Monk, Yehudi Menuhin, Bach- Escher-Gtidel( Hofstadter), Dalcroze y Orff. Es decir, aquellos que, en un canto a las cosas que representan a la modernidad, producen con ritmos, melodías y ob- jetos simples una continua tensión que puede convocar en el subconsciente algo largamente oculto, una memoria que pertenece a un remoto, olvidado y largo pasado que perturba a una sociedad cuyos gustos musicales suelen ser, todavía, aquellos de finales del siglo antepasado. En el siglo XXI nuestros Maestros son Stomp y
Kodo, pero también estudiamos las propuestas de Les Luthiers y Circo La Guarda de Argentina, Cirque du soleil de Canadá, Lambarena de África, Steelband de Trinidad y Tobago, Tap dogs( Perros del tap) de Australia, Cooperativa Ipazia-Kannt Piccola de Italian y Blast de Estados Unidos, entre otros grupos. La técnica que usa Solle intenta resaltar cómo la historia de la comunicación entre los hombres se inicia con la percusión y cómo los orígenes de la música occidental son africanos. Para ello contraponemos dos elementos: el compás que va con las reglas y el " contra del compás ", es decir: la síncopa que contradice. Evitamos enseñar ritmos a la manera tradicional: Si hay un silencio de corchea, saltamos; si hay un silencio de semicorchea, pujamos; si hay un silencio de negra, damos una vuelta; y si es necesario un acento fuerte, damos patadas. Igualmente contrastamos en nuestras composiciones algunos ritmos de compositores centro europeos contra ritmos colombianos y latinoamericanos. Por último, me gustaría resaltar nuestro leit motiva nivel pedagógico, el " Diálogo de saber-es ", pues aunque yo dirijo, organizo o coordino el movimiento, nosotros intercambiamos conocimientos y dialogamos constantemente con nuestros saberes. Para mí, en mi condición de persona que ya cumplió los sesenta años, es un privilegio dialogar con estos jóvenes maravillosos que todos los días me enseñan algo nuevo. Me animan a seguir las apreciaciones de algunos integrantes del