Agenda Cultural UdeA - Año 2003 SEPTIEMBRE | Page 18

ISBN 0124-0854
N º 86 Febrero 2003 de los fermentos teatrales más activos y contrastados de la América del Sur. Desde luego, no pienso que todo arte tenga que ser fácil, accesible, o acusar una vocación política o didáctica. Pero sí temo materia propicia para esta referencia oblicua a la realidad. En el Cono Sur, en Brasil, en el Caribe, en los países andinos, los clásicos han venido proporcionando en los últimos años, a veces, una salida frente a la censura, pues permiten cifrar el lenguaje; otras, no sólo eso, sino la posibilidad de ejercer una voluntad reinterpretadora de nuestra historia y nuestras culturas, el camino de una reflexión ética, filosófica, referida a la actualidad. A las libertades de los teatristas contemporáneos para releer a los clásicos, en las que se expresan necesidades ideo- estéticas y de experimentación con el lenguaje teatral, agrega el teatrista latinoamericano sus propias razones otras, en las que se entremezclan urgencias que van desde las de la lucha política hasta el estudio de los códigos de nuestras formas culturales autóctonas. Pero al releer muy libremente los grandes textos, no sólo acuden nuestros teatristas a los clásicos europeos del teatro, sino a clásicos modernos del teatro nuestro y, sobre todo, a los grandes de la narrativa latinoamericana de este siglo. Parecería que una escena de lo real maravilloso, del realismo mágico, también quisiera abrirse paso entre otras búsquedas que se alejan del realismo tradicional y el naturalismo; algunos artistas convocan un tipo de poesía escénica que bien pudiera ser el eco
de una sensibilidad dueña y de sus propios espacios en otras manifestaciones del arte latinoamericano, como son la narrativa o la plástica.
Principio lúdico: el teatro callejero
Esta idea de un teatro latinoamericano del realismo mágico, se trata de una búsqueda nueva de delicia, de regodeo sensual en la expresión teatral. Muy frecuentes aparecen en la crítica teatral latinoamericana de los años BO, las manifestaciones contra la