Agenda Cultural UdeA - Año 2003 MAYO | Página 14

ISBN 0124-0854
N º 88 Mayo 2003 astrónomo polaco Nicolás Copérnico cambió, literalmente, el sentido de las cosas. O mejor, el lugar que cada quien ocupaba en el mundo. Su libro Sobre la revolución de las esferas celestes, se aventuró a plantear una idea
revolucionaria y, además, atrevida: que el Sol, y no la Tierra, estaba en el centro, y que el planeta giraba sobre su propio eje a diario y alrededor del sol en un año. La teoría heliocéntrica, no sólo significaba un cambio en la física, sino uno en la postura del hombre en el universo y una nueva concepción del calendario. Las protestas no se hicieron esperar: científicos e Iglesia alzaron sus voces en contra de Copérnico. Pero el cambio ya había comenzado. Galileo Galilei sería su más ferviente seguidor. Fue condenado a prisión de por vida por continuar con la defensa y discusión de las teorías de Copérnico. Además, perfeccionó el telescopio, logró hacer observaciones con un aumento de 30 veces, y formuló la teoría sobre la caída de los cuerpos: en el vacío caen a igual velocidad. Sobre los descubrimientos de estos dos grandes científicos-unos probados más tarde, otros perfeccionados y algunos más refutados-, el avance de la ciencia siguió: Newton formuló la ley de la gravitación de los cuerpos, y Kepler descubrió que los planetas describen órbitas elípticas alrededor del Sol.
La escritura llegó Como todos los grandes descubrimientos, la invención de la imprenta en 1440 originó todo tipo de controversias, a favor y en contra. Transcurrieron muchos años antes de que este sistema, creado por
Gutenberg, fuera aceptado por los círculos científicos e intelectuales de Europa. Algunos veían en ella la decadencia de la dignidad de la cultura, confiada para su difusión a las manos de los obreros. Otros temían que se propagasen escritos inmorales o que incitasen a los pueblos a la revolución.
Sin embargo, la historia ha sido más justa con este inventor: hoy en día la mayoría coincide en incorporar a la imprenta como uno de los objetos fundamentales que llevaron a desarrollar el movimiento cultural llamado Renacimiento. La imprenta trajo aparejada la comercialización masiva del papel, que en ese entonces se hacía con trapos. Los inventores fueron los árabes, quienes aprendieron de los chinos, que también empleaban fibras vegetales. A pesar de los inconvenientes, la imprenta fue imponiéndose al sistema antiguo, y los libros comenzaron a ser leídos por mayor cantidad de gente, inclusive, algunos bibliófilos exigían sólo libros impresos para sus bibliotecas. El " milagro " de la impresión conquistaba público entre los cultos e