Agenda Cultural UdeA - Año 2003 JUNIO | Page 24

La Carta
ISBN 0124-0854
N º 89 Junio 2003
Los brujos, lectores del Tarot, adivinadores, expertos en la Carta Astral o el tabaco están en toda la ciudad y, tanto ellos como los clientes, crecen sin parar. Entre la clientela, están los que van por pura curiosidad, los escépticos que se lo toman en broma o a la ligera, los creyentes que vuelven las predicciones su guía para actuar y acuden cada mes sin falta a esta cita con el futuro.
En cuanto a los que dominan el arte de la brujería o similares, la variedad también asombra. Están los que con sólo mirar pueden decir hasta lo que va a pasar en quince años. Los que permanecen en el más estricto anonimato y cuya existencia la saben sólo unos cuántos. O los muy populares, que mandaron a imprimir volantes que se reparten día y noche en los semáforos de la ciudad.
Si bien es cierto que entre tanta oferta están los que inventan sin saber, los que aciertan de puro milagro y los que siempre dicen lo mismo, también lo es que hay muchos que llevan años estudiando
el significado de las cartas del Tarot, las líneas de la mano, la posición de las estrellas y su influencia, la relación entre los números y la vida, y otra buena cantidad de teorías que han logrado convertir la adivinación y sus medios en una disciplina.
Ahora bien, tanto la Carta Astral como el Tarot y la mano tienen diferencias. Aquí presentamos un recuento de estas técnicas, las más buscadas y ofrecidas en la ciudad.

La Carta

En astrología, el instante del nacimiento se considera definitivo para la vida. La Carta Astral divide el firmamento en doce casas que representan diferentes aspectos de la vida cotidiana y permite observar la posición de los planetas con respecto a los signos. Es un mapa de las energías cósmicas presentes en el nacimiento de cada uno. Para los creyentes, la Carta Astral permite reconocerse, saber quiénes somos, descubrir potenciales y talentos, así como dificultades y defectos.
La posición del Sol indica el signo solar, con el que cada uno se identifica, y la hora exacta de nacimiento define el signo del ascendente. Mientras el signo solar habla de los rasgos generales más importantes, el ascendente descubre siempre algo esencial de la personalidad, es el punto de contacto con el mundo, el enfoque personal de la vida.
La Luna habla de las emociones; mientras los planetas se dividen en los rápidos-Mercurio, Venus y Marte- que determinan los rasgos del carácter, y los lentos-Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón- que muestran condiciones psicológicas concretas y marcan los grandes ciclos de la vida.
Mercurio gobierna la forma de comunicarse, la capacidad de raciocinio, el espíritu crítico. Se ocupa de poner a cada quien en contacto