ISBN 0124-0854
N º 86 Febrero 2003 de
fiesta
p o r c a r l o s s á n c h e z a c a m p o
Es frecuente escuchar que los colombianos somos una raza festiva y alegre. y esto cobra especial fuerza en diciembre, cuando se celebran los festivales populares, tan arraigados en el territorio nacional. Dos de estas festividades so ~ el homenaje al nombre ~ caimán en el Plato, Magdalena, y el Desfile de Mitos y Leyendas, en Medellín. Para recrearlas, tomamos los relatos escritos por Carlos Sánchez Ocampo en su libro Santificad las Fiestas
Festival de la leyenda del hombre caimán Hace cincuenta y cinco años que Saúl reparos, ajustes y nuevas
Montenegro se volvió caimán en un caño del río Magdalena, en Plato. Montenegro, que era pescador y cantinero, no mereció fama superior a la otorgada por esos oficios allí donde muchos podían reemplazarlo, hasta que, urgido por el íntimo deseo de mirar los cuerpos desnudos de sus paisanas bañándose en las aguas del río, decidió convertirse en caimán. La historia, apenas acumulada por dos generaciones de plateños, ha crecido de la manera perfecta en que crecen las leyendas: retaceadas y confundidas entre
fabulaciones aun en boca de los propios testigos. Las reconstrucciones y el mito empezaron casi al mismo tiempo. José María Peñaranda, en su famosa canción El hombre caimán, grabada apenas dos años después de aquella metamorfosis, le agregó cola de toro. Algunos dicen que conservó la cara de