Agenda Cultural UdeA - Año 2003 ABRIL | Page 26

ISBN 0124-0854
N º 86 Abril 2003 escribir, y de hacerlo bien. Era exigente con el lenguaje, tanto que sus escritos parecían un sarampión – con anotaciones y tachones a mano y en lápiz rojo-, luego de la primera, e inclusive, de la tercera corrección. Pero le dio resultado: en su obra no se encuentra una sola coma mal puesta o una preposición usada incorrectamente. Esto, combinado con la dosis precisa de ironía y un apunte crítico sobre el comportamiento humano o la actualidad del país. Como un homenaje a quien dedicó tantas líneas a los niños y otras cuantas a los adultos, que olvidaron la capacidad de asombro o la importancia de la sencillez, la Revista Agenda Cultural Alma Máter publica en esta edición algunos relatos de su último libro en el que, desde distintos ángulos y tratamientos, se toman la oveja y el lobo para replantear, cuando equivocado puede estar este simbolismo moral tan utilizado en nuestra cultura.
Los niños virtuosos
Los niños criados con el ejemplo moral que se deriva del comportamiento de las ovejas anhelan, para completar su educación, la aparición del lobo. Este encuentro final representa la apoteosis del modelo propuesto. Se ha comprobado que la practica en sí, ideal, de virtudes como la sumisión y la obediencia, termina por crear en los niños la sensación de vacío y de inutilidad en sus esfuerzos. Lo grave es que la imitación meramente formal, sin riesgo, podría inducir al escepticismo a
niños aún no derrotados por la vida. De modo que la voracidad y la crueldad extremas del libo – ejercicios contra indefensos infantes entregaos de propósito- desencadenan un fervor inusitado, que permite una educación más realista y mucho más acorde con los tiempos que corren.
En algunas regiones llega a tal extremo el fervor moral de los niños, que deben ser sometidos a un riguroso turno para recibir el feroz enemigo. En estas regiones no terminan de lamentarse los educadores sobre la escasez de lobos, pues, aparte de la lentitud en el proceso mismo, llega a ocurrir que los lobos se cansan de la carne infantil y manifiestan una inapetencia preocupante. Algunos educadores, ante tal situación, han recurrido al simulacro de hacer desaparecer niños, con el objetivo que ser atribuyan al lobo estos crímenes que, por respeto a la moral se denominan simplemente como casos ilustrativos. La nobleza de los fines perseguidos, según eminentes axiólogos, ha determinado que estos actos indebidos de suplantación del lobo se toleren y, en algunos casos, hasta se fomenten. El único cargo de conciencia ue manifiestan los educadores se refiere al azar y al determinismo, pues los niños que escapan a la acción del lobo podrían estar destinados a misiones superiores, que los casos ilustrativos podrían llegar a frustrar. Los niños, sin embargo, nada dicen al respecto y cada día salen cantando al campo en busca de una