ISBN 0124-0854
N º 84 Noviembre de 2002 quiere evitarle al hombre el destino de la guerra hay que empezar por confesar , serena y severamente la verdad : la guerra es fiesta . Fiesta de la comunidad al fin unida con el más entrañable de los vínculos , del individuo al fin disuelto en ella y liberado de su soledad , de su particularidad y de sus intereses ; capaz de darlo todo , hasta la vida . Fiesta de poderse aprobar sin sombras y sin dudas frente al perverso enemigo , de creer tontamente tener la razón y de creer más tontamente aún que podemos dar testimonio de la verdad con nuestra sangre . Si esto no se tiene en cuenta , la mayor parte de las guerras parecen extravagantemente irracionales , porque todo el mundo conoce de antemano la desproporción existente entre el valor de lo que se persigue y el calor de lo que está dispuesto a sacrificar . Cuando Hamlet se reprocha su indecisión en una empresa aparentemente clara como la que tenía ante sí , comenta : “ Mientras para vergüenza mía veo la destrucción inmediata de veinte mil hombres que , por un capricho , por una estéril gloria van al sepulcro como a sus lechos , combatiendo por una causa que la multitud es incapaz de comprender , por un terreno que no es
Los gobernantes saben esto , y para negar la disensión y las dificultades internas , imponen a sus súbditos la nulidad mostrándoles , como decía Hegel , la figura del amo absoluto : la muerte . Los ponen a elegir entre solidaridad y derrota . Es triste sin duda la muerte de los muchachos argentinos y el dolor de sus deudos y la de los muchachos ingleses y el de los suyos ; pero es tal vez más triste ver la alegría momentánea del pueblo argentino unido detrás de Galtieri y la del pueblo inglés unido detrás de Margaret Thatcher 1 . Si alguien me objetara que el reconocimiento previo de los conflictos y las diferencias , de su inevitabilidad y su conveniencia , arriesgaría a paralizar en nosotros la decisión y el entusiasmo en la lucha por una sociedad más justa , organizada y racional , yo le replicaría que para mí una sociedad mejor es una sociedad capaz de tener mejores conflictos . De reconocerlos y de contenerlos . De vivir no a pesar de ellos , sino productiva e inteligentemente en ellos . Qué sólo un pueblo escéptico sobre la fiesta de la guerra , maduro para el conflicto , es un pueblo maduro para la paz . suficiente sepultura para tantos cadáveres ”. ¿ Quién ignora que este es frecuentemente el caso ? Hay que decir que las grandes palabras solemnes : el honor , la patria , los principios , sirven casi siempre para
racionalizar el deseo de entregarse a esa
1 Este texto fue publicado por primera vez poco después de
la Guerra de las Malvinas ( 1982 ) entre Argentina y Gran Bretaña ( Nota del editor ). borrachera colectiva .