Agenda Cultural UdeA - Año 2002 ABRIL | Page 8

ISBN 0124-0854
N º 77 Abril de 2002 formidable; la enormidad del esfuerzo, titánica. Nuestra Asociación, elige con cuidado sus materiales y con esfuerzo los trata. Nuestra Asociación, delató la célula revolucionaria de la cual formaba parte Dostoievsky; por lo tanto, el pelotón de fusilamiento que no disparó, por lo tanto, el hielo siberiano, la sopa con cucarachas, el látigo, por lo tanto, La casa de los muertos. Nuestra Asociación, formó la conjura financiera que habría de arruinar la fundición de tipos de Balzac; por lo tanto, la persecución y las deudas, por lo tanto, Los Chuanes. Nuestra Asociación, contrató a la agente que habría de contaminar a Nietzsche la enfermedad que lo separó de su cátedra en la Universidad de Basilea; por lo tanto, Así habló Zaratustra, por lo tanto, la vociferación de una espantosa carta cuyo autor firmaría El crucificado. Nuestra Asociación, provocó la prematura muerte de Murasaki; por lo tanto, el destierro de su viuda Shikibu en la muellemente enojosa corte de la emperatriz Akiko, por lo tanto, el lacerante bordado de las medianoches, las espadas y las sedas del Genji Monogatari. Nuestra Asociación, preparó el accidente que debía deformar el cuerpo del joven Henry, vástago de la casa de Toulouse. Nuestra Asociación, proveyó los palos que habrían de formar el alma del joven Arouet. Nuestra Asociación, puso en mano
mercenaria el martillo que habría de aplastar el rostro de Miguel Ángel. Nuestra Asociación, hizo manco a Ramón del Valle Peña. Los archivos de Nuestra Asociación hablan confusamente de otra manquedad y de prisiones; hablan de una ceguera que tuvo lugar en el vértigo de los tiempos. Ciertos indicios hacen conjeturar que Nuestra Asociación, lisió al muchacho que habría de fundir los metales y cuya memoria llegaría hasta nosotros como la de Hefestos, dueño del fuego y forjador de las armas de Aquiles. Nuestra Asociación, no siempre tiene éxito. Acaso, una de las mil semillas que siembra, da fruto. Acaso, sólo la desgracia que pareció más inútilmente infligida resulta prolífica. Acaso la que, sin saber su origen, en este instante, tú amargamente padeces.
os juegos de la infancia
En las noches hay bonitos fuegos y durante el día las corrientes de aire caliente que ascienden facilitan el volar cometas, cometas que sin embargo no elevamos porque primero los familiares dijeron que no