ISBN 0124-0854
N º 71 Septiembre de 2001 rubaiyatas creyéramos que Omar Khayyám era un borrachín sin reparar que el vino es una metáfora de la embriaguez mística, que era el principal objetivo de todos los sufis como Khayyám.
¿ Integrismo musulmán?... ¡ Pero si estamos viviendo una época de integrismos por todas partes! Qué enorme injusticia ésta de identificar el integrismo con el concepto de lo musulmán.(…) Y a este respecto, quiero aprovecharme de algo que ha escrito un hombre al que yo admiro extraordinariamente y que está sentado en estos momentos aquí, me refiero a Roger Garaudy, que es uno de los pocos occidentales que se ha librado de ese tremendo karma que tenemos en Occidente y que en un libro extraordinario titulado“¿ Tenemos necesidad de Dios?”, nos dice a propósito de todos estos integrismos:“ Desde hace cinco siglos, con el nacimiento del Colonialismo – que llamó‘ evangelización de los indios’ a la invasión, la conquista, la matanza y el genocidio – Occidente ha dado el peor ejemplo de integrismo, es decir, la pretensión de poner la verdad absoluta y, por consiguiente, de tener no sólo el derecho, sino el deber de imponerla a todos los demás.
Esa larga continuidad en la dominación ha creado una consecuencia perversa: antaño, una iglesia, un Dios, un rey; hoy una cultura, una técnica, un orden mundial;‘ fuera de la Iglesia no hay Salvación’,‘ fuera de Occidente no hay
civilización’ y siempre‘ fuera de mi verdad sólo existe el error’; siempre un‘ pueblo elegido’, el hebreo, el cristiano, el occidental; tal pretensión, apoyada en las armas, en el comercio y en las misiones, es la madre de los demás integrismos que han proliferado en el mundo”.
Efectivamente, yo creo que todos los integrismos proceden de un concepto que es el del monoteísmo aplicado a la idea de Dios, en el que Dios, como se dice en El Génesis crea al hombre a su imagen y semejanza; el peligro de este monoteísmo es tremendo porque desemboca en una reducción de lo divino a imagen del hombre, en una apropiación de Dios al servicio de una raza elegida. Es decir, a partir del momento en que se introduce en la historia humana ese monoteísmo del Dios que creó al hombre a su imagen y semejanza, estamos justificando toda la barbarie ecológica a la que asistimos actualmente. Nace en ese momento la eterna discusión de si el hombre es naturaleza o de si el hombre es historia.
El hombre es naturaleza. La naturaleza no forma parte del hombre; es el hombre el que forma parte de la naturaleza y, por lo tanto, lo verdaderamente sagrado es la naturaleza, y decir que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza es preparamos para ese antropocentrismo diabólico que está destruyendo la trama que permite el desarrollo de la vida y que, probablemente, nos está
conduciendo a un callejón sin salida y sin posible retorno.
Garaudy describe este " Nuevo Orden mundial ", este antropocentrismo del hombre occidental, diciendo que reposa en estos tres postulados que son los que nos están gobernando, que son los ejes de abscisas y ordenadas a los que, en estos momentos, llamamos " Nuevo orden Mundial ", " cultura europea ", " cultura occidental " " american way of life ", etc.
• Primer postulado: el postulado de Descartes. Es decir, convertirnos en dueños y señores de la Naturaleza, de una Naturaleza reducida a su aspecto mecánico; poder establecer relaciones de dominio sobre una Naturaleza despojada de toda finalidad propia.
• Segundo postulado: el postulado de Hobbes, que define las relaciones de los hombres con su célebre axioma el hombre es un lobo para el hombre. Es decir, relaciones de competencia en el mercado, enfrentamientos salvajes entre los individuos y los grupos y, por tanto, relaciones de amo a esclavo; más aún en el momento actual y contando con el desarrollo técnico alcanzado, el equilibrio del terror.
• Tercer postulado: el postulado de Marlowe, que en su Fausto anunciaba ya la muerte de Dios: Hombre, por tu fabuloso cerebro te conviertes en Dios y en dueño y señor de todos los elementos. De esta forma, quedan consagradas la atrofia de