Renée Fleming: arte y sensibilidad
ISBN 0124-0854
N º 67 Mayo de 2001
Renée Fleming: arte y sensibilidad
Por |
Jorge Orlando Arango Álvarez |
Programador, |
Departamento |
Emisora |
Cultural |
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“ Renée Fleming es la voz más esplendorosa que ha surgido en el canto en mucho tiempo”
Le Monde
La voz de Renée F1eming, definida como lírica, viene adjetivándose actualmente como ágil y cristalina, flexible y sensual, aterciopelada y opulenta. A la diva se le atribuyen calificativos de emotiva, noble, matizada, egregia y apasionada. Si a esta imagen se le agrega un físico de mujer hermosa y elegante, se puede afirmar, con toda seguridad, que una nueva estrella se ha instalado en el universo operístico.
Fleming es una espléndida profesional surgida en Estados Unidos en los últimos años, una conjunción de inteligencia, preparación y atrayente sustento vocal. Mozartiana de formación, no ha vacilado en alternar estrenos de óperas contemporáneas, con oportunas incursiones en la época que mejor define su actividad: la del bel canto. Comenzó su vida artística cantando jazz porque se trataba de un género que le interesaba enormemente. Actuó los fines de semana en un club de Nueva York donde trabajó con el gran Illinois Jackett. Sin embargo, eligió ser cantante porque la música clásica era una magnífica oportunidad para ella. Tuvo que renunciar al jazz, ya que era
imposible hacer bien dos cosas tan diferentes al mismo tiempo. A Renée le gusta la música popular y los espirituales negros. Y cree que podría cantar bastante bien música country coloreando un poco su timbre. En realidad, puede hacer lo que quiera con su voz. Cuando era más joven cantaba la música de Tina Turner y Aretha Franklin.
F1eming se decidió por la ópera, por influencia de su madre, maestra de canto, con quien estudió durante treinta años. Aprendió a tocar el piano y el violín, luego estudió baile e ingresó en la Juilliard School. Después se marchó a Francfort para perfeccionar su formación con Elisabeth Shwarzkopf, Arleen Auger y Harmut Höll. Al regresar a los Estados Unidos volvió a ingresar a la Juilliard School donde permaneció hasta 1987. Elisabeth Schwarzkopf ejerció sobre Renée una influencia muy profunda, le aportó algo más que una lección de canto. Le transmitió la exigencia en el trabajo, y la voluntad de profundizar en la interpretación y de buscar el sentido de la palabra. Schwarzkopf le abrió su espíritu. Sin esta formación musical tan extensa, F1eming no sería la soprano que es. Cuando interpreta un papel, cree en lo que hace: se conmueve con la historia, la música, y trabaja todos los aspectos de la interpretación. Para Renée la clave del canto, de la salud vocal, está en el lied. Cantar lieder permite controlar la voz mejor que si trabajara una ópera completa. Le encanta el recital porque está más en contacto con el público-no hay nada más que el cantante y el piano-. En ese instante da todo de sí misma.
Le gusta la voz de la soprano Mirella Freni. Alguna vez le escribió una nota para decide cuánto la admiraba y que le gustaría hacer