Agenda Cultural UdeA - Año 2001 DICIEMBRE | Page 10

ISBN 0124-0854
N º 74 Diciembre de 2001

La Mamá Noel

Michel Tournier 1 *
Este cuento, creado por uno de los más excepcionales escritores vivos, es una muestra de que inclusive en los Misterios de la religión hay espacio para el humor.

¿

La aldea de Pouldreuzic llegaría a conocer alguna vez un período de paz? Desde hacía ya muchos lustros se hallaba desgarrada por el enfrentamiento entre los clericales y los radicales, entre la escuela libre de los Hermanos y la comunidad laica, entre el cura y el maestro. Las hostilidades, que se revestían con los colores de las estaciones, llegaban a adquirir tonalidades legendarias cuando se acercaban las fiestas de fin de año. Por razones prácticas se celebraba la misa del“ gallo” el día 24 de diciembre a las seis de la tarde. Y a esa misma hora el
* Escritor francés nacido en 1924. Ha ganado los dos
premios más importantes de la literatura francesa: el Grand Prix du Roman de la Académie Française con su novela Viernes o los limbos del Pacífico, y el Premio Goncourt con El rey de los alisos.
maestro, disfrazado de Papá Noel, distribuía juguetes a los niños de la escuela laica. De esta forma el Papá Noel se convertía en un héroe pagano, radical y anticlerical al que el cura contraponía el Niño Jesús de su Belén animado – célebre en todo el cantón – del mismo modo que se arroja un chorro de agua bendita a la cara del diablo.
Sí... ¿ Sería verdad que Pouldreuzic iba a conocer al fin una tregua? El maestro se había jubilado y había sido sustituido por una maestra que no era de aquella región y a la que todo el mundo observaba para saber de qué pie cojeaba. La señora Oiselin, madre de dos niños – el más pequeño de sólo tres meses de edad – estaba divorciada y eso era como un estandarte de fidelidad laica. Pero el partido clerical triunfó desde el primer domingo cuando vieron que la nueva maestra hacía una ostentosa entrada en la iglesia.
Las cartas parecían echadas. Aquel año no habría árbol de Navidad sacrílego a la hora de la misa del“ gallo” y el cura sería el único amo del terreno. Por eso la sorpresa fue todavía mayor cuando la señora Oiselin anunció a sus alumnos que nada cambiaría de la tradición y que Papá Noel distribuiría sus regalos a la hora habitual. ¿ A qué juego jugaba? ¿ Y quién iba a hacer el papel de Papá Noel? El cartero y el guarda forestal, en los que todos pensaron al instante, dadas sus opiniones socialistas, afirmaban que ellos por su parte no sabían nada. Y la sorpresa general llegó al colmo cuando se supo que la señora Oiselin prestaba su hijo pequeño al cura para que hiciera de Niño Jesús en su Belén animado.
Al comienzo todo marchó bien. El pequeño Oiselin dormía con los puñitos cerrados cuando los fieles desfilaron ante el Portal con los ojos acerados por la curiosidad. La mula y el buey – una mula de verdad y un buey de verdad – parecían enternecidos ante aquel bebé laico tan milagrosamente metamorfoseado en Salvador.
Pero por desgracia el niño comenzó a inquietarse a partir del Evangelio y se puso a berrear en el mismo momento en que el cura subía al púlpito. Nunca se había oído una voz de bebé tan potente. La muchachita que hacía de Virgen María le acunó contra su escuálido pechito, pero todo fue en vano. El chiquillo, rojo de ira, pataleando y moviendo los brazos, hacía retumbar las bóvedas de la iglesia con sus furiosos alaridos y el cura no