Agenda Cultural UdeA - Año 2001 AGOSTO | Page 20

ISBN 0124-0854
N º 70 Agosto de 2001 a la condición de cada cual. No en vano Julio César es asesinado al tratar de convertirse en emperador; pero con la derrota de Casio y Bruto, la República se convierte en Imperio y se hace inevitable la larga decadencia de Roma.
La llegada del cristianismo es indudablemente un retroceso, si se considera a la Ley como la herramienta del gobierno humano. Aunque en muchos asuntos civiles, los distintos países europeos conserven aspectos heredados del Derecho Romano, la ley se mezcla, una vez más, con la religión, y vuelve a instituirse el“ juicio de Dios”, que se conservará en tradiciones tan variadas como los lances de caballeros para decidir la culpabilidad de un noble, el uso de pasajes de la Biblia como argumentos legales válidos, y los juicios de brujas. Un dato curioso de esta situación es el hecho de que en la Edad Media casi todos los Papas fueron también abogados; la frontera entre ley humana y mandamiento divino se hizo difusa hasta desaparecer. En esa época serán los pueblos bárbaros quienes hagan los mayores aportes; después de todo el sistema de jurados es un invento vikingo.. Por eso, en cierto modo, a excepción de algunos documentos como la Carta Magna britana, podemos decir que los más de mil años desde la caída de Roma hasta la Revolución Francesa, son mil años donde la evolución del Derecho se duerme.
La Ilustración lo cambia todo. Las leyes se empapan de humanismo. Los principios de Igualdad, Libertad y Fraternidad nos ilustran de la manera más ferviente la nueva búsqueda de una justicia humana, no divina, cimentada en bases de nuevo cuño como la igualdad de los hombres ante la ley. La separación entre Iglesia y Estado, la división entre el Derecho Penal y el Civil, la presunción de inocencia, se afirman en esta nueva visión de la Ley. Nada nos muestra más claramente esto que el principio de la duda razonable: si no hay suficiente evidencia, se declarará al acusado inocente; no se le tirará a un río para que los dioses decidan si es o no culpable. La Razón es la nueva señora de la Ley.
Pero entre todos los aportes de los últimos dos siglos hay uno que destaca: la necesidad de que cada país tenga una Constitución y ésta sea la ley de leyes, el modelo sobre el cual se construirá el marco legal de una nación. Aunque ya había constituciones en la antigüedad clásica, sólo en los últimos doscientos años la idea de una constitución para cada nación ha alcanzado la preponderancia de nuestros días. La Constitución debe contener la“ personalidad ideal” de un país, sobre la cual construir nuevas realidades y adaptar las ya existentes. Esto viene relacionado con una nueva función de la Ley, casi del todo desconocida por las primeras sociedades: la Ley ya no debe sólo juzgar el pasado y modelar el presente, debe también prever el futuro. Ahora la Ley debe anticiparse a las necesidades y al crecimiento de la comunidad, debe ser dinámica y adaptable, antes que inflexible y eterna. Aun así, a pesar de esta larga evolución, para muchos Ley y Justicia son palabras antónimas, pues cada una contradice a la otra. ¿ Cómo no pensarlo cuando vemos que el mayor ladrón es quien mejor defensa tiene, pues es quien puede pagar los servicios del mejor abogado? ¿ Cómo no opinar así cuando vemos los mil atropellos que se cometen cada día en nombre de la Ley? ¿ Cómo no creer en ello cuando el justo tan a menudo es castigado y el culpable absuelto?… Sí, puede ser del todo cierto que Justicia y Ley sean cuando más primas lejanas, pero también es cierto que la historia de nuestra
( Detalle) Osar Rodríguez, Sofía II, linóleo, 1 / 6, 70 x 100 cm, 1992. Facultad de Artes, Colección de grabado