ISBN 0124-0854
N º 62 Noviembre de 2000 conservación de la vida en general. Pero, ¿ qué tan plausible es que se pueda igualmente aceptar, en general, una sola forma de vida que nos genere bienestar y plena realización humana?
La aceptación de una forma de vida supone, tal vez, una singular y muy posible limitada interpretación aplicada a un contexto específico. La filosofía hermenéutica contemporánea muestra, después del derrumbamiento de la verdad absoluta, una forma de abrir, a partir de la interpretación, nuevas y variadas posibilidades de sentido. El filósofo francés Paul Ricoeur vuelve al pensamiento de Aristóteles, para, desde allí, realizar una nueva interpretación, que permita orientar nuestras posibles respuestas a la pregunta sobre qué forma de vida es la deseable para nosotros.
Construir las posibles respuestas a tal pregunta nos lleva a volver a nuestros propios relatos tanto de ficción como históricos. Con ellos y por medio de ellos, nos hemos ido forjando las posibles formas en que nos hemos visto y en que quizás nos hemos imaginado. Volver sobre nuestras propias
historias, y a la vez posibilitar que se cuenten muchas historias, que aparezcan múltiples relatos, nos permite mirarnos y comprendemos como seres humanos. Para Paul Ricoeur, el tiempo se hace humano por medio de los relatos de ficción y de los relatos históricos.“ El tiempo se hace tiempo humano en cuanto se articula de modo narrativo; a su vez, la narración es significativa en la medida en que describe los rasgos de la experiencia temporal.” 2 Sin ellos no aparecemos, no somos, no tenemos un rostro dibujado para los otros, todo transcurriría, como suceden unos a otros los cambios en la naturaleza. El transcurrir de nuestros movimientos sólo se transforma en acción humana, cuando contamos una historia y de esta manera cada acción adquiere significación en relación con otras. Nuestras acciones y las de los otros se hacen significativas al adquirir un sentido. De esta manera vamos configurando nuestra vida, le damos un rostro y hacemos, de esta manera, una vida humana, con un determinado sentido, hacia donde podemos dirigir nuestra mirada y abrir un horizonte en el
que sea posible construir un espacio habitable y en el que sea posible la vida para los seres humanos.“ Conocerse, consiste en interpretarse a uno mismo a partir del régimen del relato histórico y del relato de ficción.“ 3
Sólo en la medida en que seamos capaces de dar a nuestras acciones un lugar en una trama de acontecimientos aparentemente dispersos, podemos sentimos parte de una historia y participar en ella; y sólo podemos participar de ella si leemos y nos contamos historias de cómo interpretamos lo que ha sucedido y lo que hemos imaginado como posible. La vida aparece así delante de nosotros, para ser contemplada y comprendida, y a la vez interpretada, evaluada, juzgada. De esta manera nos enfrentamos al reto constante de encontrar nuevos caminos, nuevas posibilidades de sentido a partir de lo ya realizado, de lo ya imaginado. Es de esta manera como Ricoeur responde a la pregunta ¿ por qué contamos historias? Sólo así es posible construir e imaginar una vida humana y salvar a la historia del olvido.“ Los historiadores tienden a concebir el pasado como