ISBN 0124-0854
N º 56 Mayo de 2000 hombre, ni toda la ciencia producida, lo han logrado superar.
En el cine esta preocupación no cesa, pues recientemente, el director estadounidense Martín Brest llevó a la pantalla una versión « reencauchada » de Death takes a holiday, realizada en 1934, y ahora titulada: Meet Joe Black(¿ Conoces a Joe Black?). En ambas historias, la muerte prueba la suerte de vivir como los seres humanos, mientras da tiempo a que uno de ellos empaque sus maletas para el viaje sin regreso; de paso, ella apreciará por qué para tantos resulta tan difícil la partida. Sin embargo, en las dos presentaciones, la visión que nos proponen sobre el visitante se queda corta pues, al parecer, el contacto con la vida los hace torpes y frívolos o carentes de astucia y con un conocimiento mínimo de las fragilidades y contradicciones del alma humana, las que, no obstante, y pese a lo que Hollywood crea y recrea, la muerte entiende mejor que nosotros.
Contrario a lo esperado, la idea inspiradora de estas particulares historias no es otra que la de depositar toda la habilidad y capacidad de engaño de la muerte en
las cualidades físicas o en la seductora y engañosa amabilidad de quien la representa, ya como un príncipe engar sin remedio los cientos de luces que representan los cientos de seres humanos que se consumen sin cesar? Su cansancio se aligera sólo el día en que se percata de lo humano, pues la fortaleza del sentimiento de una mortal ejerce contrapeso sobre su potestad, en la disposición que tiene la joven de cambiar su propia vida por la del amado. Mas, al parecer, al igual que el amor puede significar la superación de la muerte misma, puede, igualmente, arrastrar infaustamente hacía ella a quienes aman, y, como ocurre en la Carreta fantasma de Sjöström, terminar de esta suerte siendo los conductores de la carreta que transporta los muertos y que sólo ha de manejar quien muere en pecado en la última hora, del último día del año. Ambas películas fueron realizadas en 1921; sus propuestas visuales estuvieron en las manos de dos iluminados de la imagen, de dos hombres sensiblemente tocados por la luz y por la forma, son sólo dos de los ejemplos más importantes de la época muda. Luego el danés Carl Theodor Dreyer, a través de toda su obra, realizaría la contribución más importante al cine, sobre el universo de las catacumbas, lo sobrenatural y la angustia inexorable que engendran en el hombre, las preocupaciones sobre
La tradición del cine europeo fue la encargada de tratar de un modo esencialmente cinematográfico, poético y profundo, a nuestro siniestro personaje, y de traducir visualmente su atmósfera. La Muerte cansada, del director alemán Fritz Lang, y La Carreta Fantasma del sueco Victor Sjöström, son sólo dos de los ejemplos más importantes de la época muda. Luego el danés Carl Theodor Dreyer, a través de toda su obra, realizaría la contribución más importante al cine, sobre el universo de las catacumbas, lo sobrenatural y la angustia inexorable que engendran en el hombre, las preocupaciones sobre Dios y la muerte, temas que, posteriormente, Irgman Bergman abordaría de un modo más psicoanalítico y filosófico, moderno, por así decirlo.