Agenda Cultural UdeA - Año 2000 MARZO | Page 9

ISBN 0124-0854
N º 54 Marzo de 2000 turgencias de las bataclanas , han olvidado su papel movilizador , mucho menos se acuerdan de que la difusión y la convocatoria hacia la expresión estética son parte constitutiva de su hacer . A veces una mayor o menor información depende de las simpatías o antipatías con el teatro que tenga el ( la ) periodista cultural de turno ; aún más , la presencia de público en una sala en el centro de la ciudad algunas noches depende de la buena o mala digestión de un ( a ) periodista . del arte escénico porque han comprendido que el teatro definitivamente no es tan útil ; por ejemplo , no pudo evitar el terremoto en el eje cafetero , entonces han preferido ignorar todas las concertaciones . La respuesta a cualquier iniciativa siempre es de cotorra : “ No hay presupuesto , no hay prepuesto , no hay presupuesto , ¡ rrrua !”. En “ la mejor esquina de América Latina ” la propuesta para ingresar al año 2000 fue tirar totes y voladores ; ¿ o es que hubo algo más ? hacen la mímica de que trabajan . Y de las escuelas , salen graduados y diplomados a tratar de reubicarse en peluquerías , fábricas y oficinas . No nace nada nuevo , no hay nuevos proyectos , y muchos son actores porque alcanzan a realizar dos presentaciones al año , una en Medellín y otra , si están de suerte , en la Ceja o en Titiribí . Tal vez el teatro no ha desaparecido del todo por el alto porcentaje de desempleo : en estos casos la terapia ocupacional es importante .
Un teatro de exploración , de búsqueda , de laboratorio , que vaya más allá del facilismo mercantil es hoy , del todo y por todo , imposible en Medellín . Las instituciones oficiales también se han olvidado
El teatro en Medellín , en este medio hostil , aldeano , agoniza entre el pánico y la crisis : unos trabajan a contraviento , los otros zozobran , unos tantos esperan la calma chicha , y otros más conservan su nombre y
De todos modos hay una gota de optimismo que permanece incólume : el teatro sólo morirá con el último espectador .
Cristóbal Peláez , director del Teatro Matacandelas .