ISBN 0124-0854
N º 63 Diciembre de 2000
Sabores navideños , memorias y vínculos sociales
Por : Ramiro Delgado Salazar
Desde el momento en que empiezan a tener presencia la natilla y el buñuelo en la cotidiana de Medellín , cada uno de nosotros dice : ¡ Ya llegó la Navidad ! época decembrina ! ¡ El fin del año ! De tal forma que hemos asociado estos símbolos culinarios como marcadores de un cambio temporal y como indicadores de una época específica .
Y es en el intercambio y en el viajar de estos dos alimentos , donde muchas veces nos centramos en la época navideña , pues en los hogares “ hacer la natilla y los buñuelos ” no representa sólo un asunto familiar , sino , por el contrario , un evento que permite que esos platos de plástico o de icopor , esas bandejas de porcelana antiguas o de pedernal , comiencen un amplio recorrido por las calles de los barrios llevando la natilla y los buñuelos cargados de sentimientos , afectos , sabores , recetas , memorias vivas ; es decir , por medio de ellos , cada
persona o familia establece o restablece procesos de comunicación en la Navidad . En este viaje de sabores y preparaciones encontramos , además , las hojuelas , el manjar blanco y los buñuelitos en almíbar con flores de azahar , todos cocinados con diversas recetas , diferentes manos y numerosas formas de sazonar los sabores navideños , y los cuales hablan constantemente de las personas que los preparan . Ahí , en esa diversidad de alquimias , la ciudad construye identidades y memorias , ausencias y presencias . Es significativo en esta época oír día a día - infortunadamente cada vez desde fechas más tempranas al 16 de diciembre- , los más variados comentarios y juicios de valor alrededor de los mil tipos de buñuelos y natillas , hojuelas y manjares blancos . Aquel es el diario “ rumor ” frente a estos actores culinarios de las Navidades , que por medio de sus productos transmiten una información constante sobre las texturas , los sabores , los olores , las formas , los tamaños , las cantidades y la sazón , propios de quienes los hicieron . La comida navideña , encarnada en estos símbolos en circulación , permite reactivar los vínculos sociales y comunitarios , y rememorar una vida y una interacción . Valdría
Valdría la pena reflexionar en esta época del año , sobre lo que representa el acto de “ compartir los alimentos ”, de comer colectiva o grupalmente y , a su vez , intentar seguir las rutas del intercambio de éste , el cual va desde los íntimos - lugares barriales , hasta los más distantes puntos geográficos .