ISBN 0124-0854
N º 50 Octubre de 1999
Ciencia interactiva
Por: Guillermo Pineda Gaviria
Cuando en la Grecia Antigua se elaboraron las cosmologías y las estructuras lógicas y filosóficas que daban cuenta del mundo conocido, la responsabilidad de los filósofos que concibieron dichas teorías no iba más allá de construir discursos más o menos coherentes, que salvaran en algún grado las apariencias. La instrucción y la cultura al servicio de la oratoria eran las armas que el ciudadano esgrimía para ejercer sus derechos ante el parlamento. La fuerza de las ideas apuntalaba los argumentos, y la esgrima verbal llegó a ser parte importante del arte de la política, por lo que la filosofía cumplió un papel que podríamos considerar « práctico » en la vida de la
antigua sociedad griega. En la actualidad el conocimiento desempeña un papel vital para la supervivencia de las sociedades, y existe una estrecha correlación entre el grado de educación de la población y su calidad de vida; pero, a diferencia de la Grecia Antigua, la educación no puede limitarse al aporte de herramientas oratorias para confeccionar discursos convincentes. Las necesidades de la vida actual demandan conocimientos precisos, coherentes, comprobable s y prácticos. En una palabra, científicos. Igualmente la ciencia, a diferencia de otras muy respetables áreas del conocimiento, no se puede desarrollar, ni conocer, ni aprehender, ni aprovechar como discurso; exige el conocimiento directo, la manipulación y la destreza práctica.