ISBN 0124-0854
N º 42 Febrero de 1999
Antioquia), y La nostalgia de Lovaina, cuyo recorte vio enmarcado y colgado en la oficina de uno de sus muchos entrevistados. A estos y otros trabajos les debe, además, muchas novias que tuvo,“ muchachas que se me acercaban porque admiraban mis escritos”.
Experiencia
En 1984, después de dos años de trabajo, Aricapa dejó Radioreloj de Caracol porque a sus extensos informes que él llamaba crónicas para radio, su jefe los denominaba como“ no radiales”. Y es que la estrechez de la noticia escueta amenazaba con ahogar su vocación literaria. Este conflicto derivó en que se tenía que ir para la prensa porque no estaba dispuesto a coartar el vuelo de su pluma. Así fue como llegó al periódico El Mundo en una época en la que importaban la crónica y el reportaje y se les concedían tiempos de elaboración y espacios de publicación generosos.
La palmadita en la espalda se la dieron cuando su primera crónica publicada apareció pegada en el periódico mural de la sala de redacción con el comentario“ esto es buen periodismo”. No era gratuito, según sus propias palabras, se había desfogado, todos los días se quedaba hasta las diez u once de la noche en el periódico escribiendo sus propias cosas. Como dijo Gabo“ cuando uno tiene menos de 30 años la sangre fluye” y Aricapa sólo contaba con 28. espacio de cuatro años, Aricapa decidió renunciar:“ El último año fue de desencanto porque sentía que me estaba repitiendo, sin embargo, aún tenía muchas cosas por decir y hacer. El periodista tiene que retirarse a tiempo de una sala de redacción, sobre todo cuando tiene inclinaciones literarias. Eso tiene que desarrollarse en otros escenarios”; Asegura además, que regresaría a una sala de redacción con una sola condición:“ que me den quince días para escribir un reportaje y eso no me lo va a dar nadie”.
Aunque se alejó en cuerpo de los medios escritos no lo hizo en letra. Siguió colaborando con crónicas y reportajes para el Suplemento Dominical del periódico El Colombiano, columnas de opinión para El Mundo y colaboraciones para la Revista Semana y El Espectador. Asimismo, investigó y escribió dos libros con la Contraloría Departamental titulados El libro del agua y Crónicas del Agua en Antioquia.
Periodistas y periodismo
“ Los buenos periodistas literarios están fuera de los medios, con unas pocas envidiables excepciones, ejemplo Reynaldo Espitaleta en El Colombiano. En éstos no hay tiempo ni espacio para desarrollar el talento, lo ahogan, 10 desperdician”, sostiene Aricapa. Es quizá esta la raíz por la que los medios, sobre todo los escritos, publican muy poco, por no decir nada, de los géneros mayores del periodismo.
Después de laborar en El Mundo por“ Los periódicos colombianos relegaron