Agenda Cultural UdeA - Año 1999 DICIEMBRE | Page 11

ISBN 0124-0854
N º 52 Diciembre de 1999
Vincent van Gogh. El burdel, 1888. Óleo sobre lienzo, 33 x 41 cms. los dos tenía cabeza para los números; contábamos lentamente, nos equivocábamos, volvíamos a empezar. De acuerdo con los cálculos de mi amiga, tenía $ 12.73. Según los míos, exactamente $ 13.
-Espero que te hayas equivocado, Buddy. No podemos hacer nada con trece. Los pasteles saldrían mal. O alguien iría al cementerio. ¡ Ni pensar en levantarme de la cama el día trece!
Eso es verdad: mi amiga siempre pasa los días trece en la cama. Por tanto, para aseguramos, separamos un centavo y lo arrojamos por la ventana.
De todos los ingredientes que componen nuestros pasteles de frutas, el whisky es el más caro, así como el más difícil de obtener: las leyes del estado prohíben su venta. Pero todo el mundo sabe que se puede comprar una botella al señor Jajá Jones. Al día siguiente, terminadas nuestras compras más prosaicas, nos dirigimos al establecimiento del señor Jajá, un“ pecaminoso”( según la opinión pública) café, donde hay baile y
frituras de pescado, a la orilla del río. Habíamos estado allí antes y con el mismo objeto; pero los años anteriores tratamos con la esposa de Jajá, una india oscura como el yodo, pelo oxigenado color latón y un aire de extrema fatiga. Nunca, en verdad, habíamos visto a su marido, aunque habíamos oído decir que también es indio. Un gigante con cicatrices de navaja en las mejillas. Lo llaman Jajá porque es muy ceñudo, un hombre que nunca ríe. A medida que nos acercábamos al café( larga cabaña de troncos, festoneada dentro y fuera con filas alegres y deslumbradoras de bombillas eléctricas, que se levantaban junto a la orilla fangosa del río, bajo la sombra de árboles ribereños donde el musgo sube entre las ramas como niebla gris), nuestros pasos se hacían más lentos. Hasta Quennie deja de corretear y anda muy pegada a nosotros. Ha habido asesinatos en el café de Jajá. Personas despedazadas. Descalabradas. Hay un caso que irá al tribunal el mes próximo. Naturalmente, tales sucesos ocurren por la noche, cuando las luces de colores proyectan dibujos fantásticos y el fonógrafo aúlla. De día, el establecimiento de Jajá se ve mísero y