ISBN 0124-0854
N º 44 Abril de 1999
Las auroras de sangre
Por : José Manuel Arango
Afirmar que las Elegías de varones ilustres de Indias “ es el libro más importante que se escribió en Colombia antes de Cien años de soledad ”; comparar a Juan de Castellanos con Walt Whitman , “ ese hijo de la otra mitad del continente ”, al que nuestro poeta precedió en “ la mística celebración de América y la apasionada enumeración de las infinitas cosas de su mundo ”: se necesita coraje para intentar deshacer cuatro siglos de crítica y plantear una valoración nueva de una obra .
William Ospina , en Las auroras de sangre , acumula argumentos para apuntalar sus aseveraciones , que ya algunos han tildado de , cuando menos , exageradas y nos contagia su entusiasmo , nos abre las ganas de leer , con otros ojos , ese mamotreto , “ el poema más largo de la lengua
castellana ”, y “ uno de los más extensos del mundo , superado apenas por algunas epopeyas hindúes escritas , sin duda , por los dioses ”.
En una prosa fluida y transparente , cada vez más suya , y que ha merecido los elogios de otros dos estupendos prosistas nuestros , Vargas Llosa y García Márquez , William Ospina se deleita con los endecasílabos de las octavas reales de Castellanos : Y nos hace advertir su tono y su ritmo . Nos recuerda que el poeta Tunja escribía en un verso que acababan de aclimatar en la lengua Boscán y Garcilaso , y esto mucho antes Quevedo y de Góngora y por la misma época de Luis de León y San Juan de la Cruz . De modo que -se atreve también uno a pensar- nuestra poesía no irrumpió en el español sólo con Silva y Rubén Daría , sino ya los orígenes del siglo de oro .