ISBN 0124-0854
N º 39 Octubre de 1998 convirtió simplemente en una de las potencialidades que, con mayor o menor intensidad, se presenta en el proceso de individuación. Ahora no es posible diferenciar la homosexualidad de la heterosexualidad, sólo son elecciones de vida, conformes a los deseos de cada individuo. Consecuentemente reclamaron los mismos derechos. Y cayeron en la trampa de la pareja, institución heterosexual por excelencia, yen la defensa del carácter innato de la homosexualidad, difundiendo la falsa idea de que son una especie distinta. Sin embargo, los logros han sido importantes, hoya ninguno lo condenarían a trabajos forzados por“ sodomita” y en varios países pueden casarse y adoptar hijos; ya su condición no es insólita, los bares gay son comunes, y estas personas están presentes en muchos ámbitos sociales y laborales. Lo increíble es que, a pesar de todo esto, aún hay quienes conciben la homosexualidad como un fenómeno extraño y temido, y huyen por miedo a ser contaminados.
El principal interés por la homosexualidad se ha centrado en la indagación de aspectos estadísticos: ¿ cómo viven los gay, cómo se relacionan, cómo funcionan las parejas, en qué profesiones se concentran predominantemente? Esto ha contribuido a afianzar una versión farandulera de la homosexualidad, fundando estereotipos absurdos, hasta ahora escasamente superados, como los que los homosexuales deben ser estilistas, diseñadores, modelos o
bailarines, entre otras profesiones acordes con su supuesta“ sensibilidad”.
Si bien a la mayoría de los homosexuales no les interesa pensar su condición, simplemente disfrutarla, también hay muchos con deseos de ser más que la piedra en el zapato de una sociedad pacata, y convertir“ el movimiento” gay en un cuerpo unificado que interrogue sus instituciones y su sexualidad. Del interior de la comunidad homosexual han surgido preguntas interesantes como ¿ existe una cultura, una ética y una estética gay? ¿ Existe una simbología amorosa gay?
No se puede negar que entre los homosexuales existe una conciencia colectiva de pertenencia a un grupo, en ocasiones privilegiado, otras perseguidos por los avatares de la historia. Pero ¿ una cultura? Sí, la cultura del gueto, al interior del cual se juega a la emancipación repitiendo los estereotipos heterosexuales. Sigue siendo una vida clandestina, pero no muy distinta a la de otros hombres y mujeres ¿ Si juntamos a los escritores, pintores, cineastas y otros artistas homosexuales, podemos hablar de una estética gay? Posiblemente no. Pues muchos de estos artistas lo único que tienen en común es ser homosexuales, en la mayoría de los casos ni siquiera aparece el tema en sus obras, o si lo hace es esporádicamente, sin convertirlo en eje central de su reflexión o pretexto para experimentar nuevas expresiones artísticas. Si se observan en conjunto, queda claro que no participan