Agenda Cultural UdeA - Año 1998 AGOSTO | Page 24

ISBN 0124-0854
N º 37 Agosto de 1998 cual reza que por efecto del principio de substanciación, los monumentos forman y enderezan el errático sentido mental e intelectual de individuos y pueblos; lo que en otras palabras equivale a sostener que los monumentos forman un“ alma nacional”.
Pero, aunque se puede aceptar y se evidencia que en la tradición cultural algunas metáforas tuvieron un impacto vívido y efectivo especialmente en las mentes religiosas de las gentes, es igualmente cierto que las recientes experiencias simbólicas de los grupos e individuos humanos, protagonizan un campo metafórico singular, que en la universalidad de sus juegos y formas no admiten su sustitución o sometimiento a otro campo, aun a título de la Memoria que se declara en mayoría de edad.
El asunto es que sin el imperativo de la Voz de la Memoria-mayor, de la Memoria que se anticipa a la carne, los cuerpos en los pensamientos y los pensamientos en los cuerpos danzan desmemorias e invitan:“¡ Venid! ¡ Venid! ¡ Caminemos ya! ¡ Es la hora! ¡ Caminemos en la noche!”. 3
En el crepúsculo de la Noche las desmemorias interpelan a los espíritus embriagados y profieren:“ La Historia de la Literatura no debería ser la historia de los autores y de los accidentes de su carrera de sus obras sino la Historia de su Espíritu como productor o consumidor de la literatura. Esa historia podría llevarse a
Ilustración tomada de Magazine Littéraire No. 356
término sin mencionar un solo escritor.” 4
La invitación a la noche y la consideración de una historia que se consume en su experiencia, permiten indicar y también proponer que la vitalidad de los pueblos no reside en su memoria mayor, sino en las memorias de sus experiencias y experimentos de vida.
Pensar o presumir que el ambiente cortesano de los“ monumentos culturales” alivia la enemistad o el conflicto entre los espíritus, es un acto tan estúpido como creer que en los juegos todo se reduce a una estrategia de simetrías puras, cuando en realidad se sustenta en la falacia, del tipo, por ejemplo de las preguntas:“¿ Qué ocurriría si todos nos comportáramos así?”“¿ Qué ocurriría si un hombre no corriera el peligro presente de morir por traidor?... Si la razón pudiera recomendar esto, lo recomendaría a todos los hombres”( Spinoza)