ISBN 0124-0854
N º 37 Agosto de 1998
Por:
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Mario Arango Escobar *
Si describimos el patrimonio como el haber que pertenece en común a una sociedad, podemos afirmar que la Universidad de Antioquia se constituye en paradigma perfecto para los antioqueños.
Desde 1792, cuando se empezó a promover la construcción del edificio de San Ignacio, que más tarde sería la sede de la Universidad, se generó un compromiso colectivo que involucró a todos los sectores sociales, para hacer realidad“ El proyecto educativo más grande de Antioquia”. Las gentes más adineradas contribuyeron con sus aportes económicos. Por su parte las gentes humildes carentes de recursos, ofrecieron permanentemente su fuerza de trabajo.
Este sentido de pertenencia generado a raíz de la construcción del Edificio, fue el trasfondo propicio para que las costumbres y tradiciones de una época,
y los gustos de unas clases sociales |
fueran plasmados en una arquitectura, |
que además de estilos y tendencias |
europeas, recoge materiales y sistemas |
constructivos |
tradicionales |
de |
Antioquia. |
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Paralelo al proceso de construcción, el Edificio San Ignacio ha tejido su historia. Una historia enmarcada y ligada íntimamente con la historia de nuestro pueblo. Una historia, una memoria, que hace parte de lo colectivo, y que le confiere el carácter de documento a este recinto.
Esta suma de elementos culturales trasciende el ámbito del Edificio San Ignacio y se integran en la historia de la Universidad de Antioquia. El papel que la Universidad ha cumplido en nuestra región y en el país, el compromiso social que siempre la ha inspirado, los aportes a la ciencia y a la tecnología, hacen que nuestra Alma Máter sea un referente, entre los más queridos, de la memoria cultural de nuestro pueblo. Cada antioqueño, así sea